El primero de los grandes diálogos de Platón, todavía perteneciente a su primera época: la imagen de Sócrates representada parece responder al Sócrates histórico, ocupado en problemas de ética, interesado en los «razonamientos inductivos», sin una doctrina metafísica, sin ninguna teoría de las Ideas. Así mismo, la discusión planteada concluye sin una respuesta válida, lo que únicamente demuestra la insuficiencia del pretendido saber de los interlocutores.
La perspectiva del Protágoras es más amplia que en los discursos precedentes, ya que no se persigue dar la fórmula de tal o cual virtud en concreto, sino determinar si la areté es enseñable en términos generales. Puede ser leído como un proemio a otros diálogos donde volverán a revisarse los mismos temas, con un planteamiento teórico más desarrollado sobre ideas propias: la virtud y el conocimiento (Menón), la sofística y sus consecuencias (Gorgias), o un enfoque más global (República).
El relato en primera persona, ya que es Sócrates quien relata la supuesta entrevista en casa del rico Calias (supuestamente, en 433 aC), adonde acudió arrastrado por el juvenil entusiasmo de Hipócrates, permite evocar las siluetas de los sofistas, sus gestos y sus voces, con peculiar ironía. El rival del filósofo en este diálogo, Protágoras, es un conversador atento, inteligente, con una doctrina bien asentada en tesis moderadas e ilustradas, pero al que los ataques dialécticos de Sócrates acaban por poner en un brete. Pero su figura es retratada con respeto: no hay en él esa fatua vanidad de otros interlocutores ni desdeña la influencia moral de sus enseñanzas.
La estructura del diálogo ha sido analizada en numerosas ocasiones como si de una obra dramática se tratase, calificando de agón los enfrentamientos entre Sócrates y Protágoras, y asignando el papel de coro a la participación del resto de asistentes. El resumen sigue la numeración de los epígrafes del manuscrito, del 309 al 362:
- 309-310a - Sócrates encuentra a un amigo y comienza su relato.
- 310b-314 - Hipócrates acude a Sócrates para anunciarle, alborozado, que Protágoras está en la ciudad. El filósofo le pregunta por qué desea aprender de un sofista, si es que sabe lo que son. Después de advertirle, ambos se disponen a acudir a la reunión de los sofistas en casa de Calias.
- 315-320b - Se enumeran todos los sofistas que han acudido allí. Presentación de Protágoras y su enseñanza: la ciencia política y la buena ciudadanía. Sócrates pone objeciones a que estas cosas puedan enseñarse: todos participan en la asamblea por igual, independientemente de su educación
- 320c-335c - Discurso de Protágoras: mito de Prometeo (amañado para dar la versión sofística sobre los orígenes de la cultura), seguido de explicación y apología (como ejemplo de que sí puede enseñarse expone la cólera de la gente ante la injusticia o la impiedad, y el castigo como disuasión). Nuevos reparos de Sócrates en cuanto a la naturaleza de la virtud (si la componen la justicia, la piedad y la sensatez; si éstas son semejantes). Además, alegando su falta de memoria, le pide a Protágoras que hable más brevemente, y no en largas parrafadas. Se muestra dispuesto a marcharse.
- 335d-338 - Intervenciones conciliadoras: Calias retiene a Sócrates, aunque él insiste: «Yo, al menos, creía que eran cosas muy diferentes el dialogar uno con otro y el hacer discursos en la asamblea». Alcibíades apoya al filósofo, y Pródico e Hipias expresan también sus opiniones (en cierta forma, se parodian algunas de sus ideas, exagerando su uso), optando por una solución intermedia. Sócrates propone que Protágoras le pregunte a él, mostrando cómo debe responderse.
- 339-348a - Comentario poético de Simónides por Sócrates, a raíz de las preguntas de Protágoras (es en realidad una parodia del procedimiento de los sofistas, y él mismo reconoce haber manipulado el texto hasta la paradoja para demostrar que sólo el diálogo es capaz de llegar a un resultado convincente).
- 348b-360d - Vuelta al diálogo: segundo enfrentamiento entre Sócrates y Protágoras, acerca de la unidad de la virtud y su relación con el conocimiento, así como sobre la contribución del placer a la felicidad.
- 360e-362 - Inconclusión y despedida.
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