pseudo Demóstenes: Respuesta a la carta de Filipo

En el año 340 aC se inició una guerra abierta entre Atenas y Filipo II. Fue el rey macedonio quien, mediante una carta, declaró el conflicto armado. Por ciertas referencias (Dídimo resume algunos fragmentos, y copia íntegramente el final, y Demóstenes comenta diversos apartados en Sobre la corona, aunque sabemos que la versión que presenta es falsa, o cuanto menos está falseada) sabemos que no ha llegado a nosotros esa carta. Es posible, sin embargo, que se redactara una versión más abreviada de dicho texto, y sea ésta con la que contamos, pues responde a lo que podría esperarse de Filipo en ese momento, y no hay detalles que puedan llevar a considerarla incorrecta desde el punto de vista histórico. Quien la redactó (probablemente un secretario del monarca) era ducho en los procedimientos retóricos de su tiempo, tal y como se percibe de su precaución para evitar el hiato y otros procedimientos que recuerdan el particular el estilo de Isócrates.

En esa carta, Filipo envía una serie de quejas, como la falta de atención dedicada a los embajadores mandados por él a Atenas, los contactos atenienses con Persia para crear una alianza defensiva contra Macedonia, o la incitación del general ateniense Diopites a los bizancios para que lucharan contra Filipo.

El corpus demosténico nos deja una Respuesta a la carta de Filipo, pero es sólo una falsificación. En ella no se responde a las acusaciones vertidas en la carta que hemos resumido, y además es algo posterior, pues se alude al levantamiento del sitio de Perinto y al comienzo del de Bizancio, algo que todavía no había sucedido en el momento de redacción de aquélla. El texto está lleno de giros y expresiones tomados de las obras de Demóstenes, o reelaborados a partir de ciertos pasajes. Incluso podría afirmarse que se trata de un discípulo de Isócrates que desea superar a Demóstenes, y algunos ven en el texto, como ya sucedía con el Contra Filipo IV, la mano de Anaxímenes. Por si fuera poco, que aparezca una frase extraída de Sobre el Haloneso, parece indicar que el verdadero autor tomó esta obra por puramente demosténica, lo que supondría que es bastante posterior en el tiempo.

En la carta, el orador da ánimos a sus conciudadanos para hacer frente al enemigo. Los dioses los apoyarán, pues Filipo ha roto los acuerdos; no será difícil encontrar aliados en Bizancio o Tesalia, incluyendo la ayuda económica de Persia; los macedonios buscan su propia seguridad y no la gloria de su rey. Por último, recuerda la gloria de los antepasados en conflictos anteriores.

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