Ilíada, canto décimo: Dolonía

Los príncipes aqueos durmieron toda la noche, vencidos por plácido sueño; mas no probó sus dulzuras el Atrida Agamenón, pastor de hombres, porque en su mente revolvía muchas cosas.
Sin poder dormir, el líder aqueo decide acudir a Néstor para solicitar su consejo. Lo mismo le sucede a Menelao, que va con su hermano y lo encuentra poniéndose la armadura. Agamenón le encarga que llame a Ayante Telamonio y a Idomeneo, animando a quienes encuentre de guardia por el campamento. Él visita a Néstor, que accede a acompañarle hasta la línea de guardias, donde se reunirán con el resto.
-(...) A Héctor no le cumplirá el próvido Zeus todos sus deseos, como él espera; y creo que mayores trabajos habrá de padecer aún si Aquiles depone de su corazón el enojo funesto.
Juntos, despiertan a Ulises y a Diomedes.
Sus compañeros dormían alrededor de él con las cabezas apoyadas en los escudos y las lanzas clavadas con el regatón en tierra; el bronce de las puntas lucía a lo lejos como un relámpago del padre Zeus.
Diomedes, a su vez, avisa a Ayante (el hijo de Oileo) y a Meges. Acuden también Meriones y el hijo de Néstor. Todos reunidos, atraviesan el foso y platican a la luz de la luna, decidiendo que Ulises y Diomedes se internen en el campamento enemigo y traten de hacerse con un prisionero, para averiguar el plan de los troyanos.
Y después de rogar a la hija del gran Zeus, anduvieron en la oscuridad de la noche, como dos leones, por el campo, donde tanta carnicería se había hecho, pisando cadáveres, armas y denegrida sangre.
Al mismo tiempo, Héctor envía a un espía para saber si los aqueos están preparando su huida. El voluntario es Dolón, quien en su camino es sorprendido por Diomedes y Ulises. Descubren así en qué lugar descansa Héctor, y averiguan que las tropas aliadas de Troya (entre los que se cuentan los recién llegados tracios) no han dispuesto guardias. A pesar de solicitar que le hagan prisionero, para pagar después un buen rescate, Diomedes mata a Dolón sin dudarlo.
Luego se acercan al campamento tracio, donde matan a muchos (incluido su rey Reso) y roban sus caballos.
Como un malintencionado león acomete al rebaño de cabras o de ovejas cuyo pastor está ausente, así el hijo de Tideo se abalanzaba a los tracios, hasta que mató a doce.
Apolo despierta a Hipocoonte, sobrino de Reso, pero es ya tarde salvo para lamentarse, y los dos héroes aqueos llegan a las naves con los caballos tracios.

11 comentarios:

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    1. Nos alegra leer eso. Y más aún nos alegra que se haya molestado en escribirlo. ¡Gracias por la visita!

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    1. ¡Sí! Una historia excelente que nos llega desde los albores del tiempo.
      ¡Gracias por comentar!

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    1. ¿De la obra o de este canto?
      En el primer caso, el tema es el orgullo desmedido de Aquiles, por supuesto.
      En este canto, definir un tema lo veo un poco complicadillo, pues la narración empieza con ciertos preparativos realizados por los líderes, para luego centrarse en la aventura de Diomedes y Ulises. Quizá el título del capítulo, derivado del prisionero que hacen estos dos últimos héroes, nos haga decidirnos por esto último.

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  4. si con esto apruebo griego todo el año es carnaval

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  5. Hola, su página es muy buena. Me fue muy útil y mucho las entendible leer este resumen del canto de la Ilíada. Sin más que decir, espero tengan un buen año.

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    1. Gracias por tomarse el tiempo de escribirnos.
      Es un placer descubrir que nuestro trabajo resulta útil para otras personas.
      Un saludo, y un buen año también para usted.

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  6. muy interesante me estan pidiendo analisis de este canto y no se que realemnte poner

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