El Margites

En la Antigüedad era creencia extendida, aunque dudosa, que este poema era de Homero. También se le atribuyó, como la Batracomiomaquia, a Pigres. En cualquier caso, para nosotros resulta anónimo, y podemos suponer que fue obra de un habitante de Colofón. Por aquellos autores que lo citan, puede suponerse que su composición si situaría hacia los siglos VII-VI aC.

El contenido del poema es difícil de extraer por los fragmentos conservados. El primer escollo es su versificación, en la que se combinaban hexámetros dactílicos (propios de ls épica) con trímetros yámbicos (usado por la lírica y luego por la comedia ática). Para Aristóteles, el Margites fue fundamental para configurar la comedia, del mismo modo que los poemas homéricos lo fueron para la tragedia. También los oradores del siglo IV aC la citarán con cierta frecuencia.

Su protagonista, el Margites que da nombre a la composición, es un necio miembro de una familia rica. Su proverbial estupidez hará que se le atribuyan anécdotas que no le eran propias, y que se inserte en una larga tradición del tonto que lo hace todo al revés.

Contamos con un fragmento que debía ir muy cerca del principio del poema:
Llegó a Colofón un anciano y cantor divino, servidor de las Musas y del certero flechador Apolo, llevando en sus manos una lira de grato sonido.
Tanto Aristóteles como Clemente de Alejandría nos transmiten otro fragmento donde se nos describe al protagonista:
Los dioses no lo hicieron cavador, ni labrador, ni hábil para cosa alguna. Fracasaba en toda clase de trabajo.
Zenobio nos deja un proverbio que debía pertenecer a este poema:
Muchas cosas sabe la zorra, mas el erizo una sola, pero importante.
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Si desea saber más sobre la épica arcaica o consultar la bibliografía utilizada, visite nuestra entrada al respecto.

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