Ananio

Solo hay dos testimonios sobre Ananio (aparte de aquellos donde se conservan los fragmentos de su obra). Tzetzes, en una nota escrita en una obra de Licofrón, pone a Ananio al nivel de Arquíloco. E Hiponacte le tilda de insigne yambógrafo.

También aparece su nombre en un tratado gramatical algo tardío (el Tractatus Harleianus, de autor anónimo), donde se le asigna como especialidad el trímetro yámbico isquiorrógico.

De cualquier forma, la información es prácticamente nula, y su asignación al siglo VI aC es pura conjetura: uno de sus fragmentos cita a Pitermo de Teos (autor de escolios compuestos en el modo jónico), y a su vez es citado por Epicarmo. Por tanto, se deduciría que su vida se situó entre la de ambos autores. Pero Ateneo, que es quien nos transmite el fragmento donde se cita a Pitermo, indica que no se sabe con certeza si el verso es de Ananio o de Hiponacte. Una confusión que se repite con otros fragmentos.

Su obra conservada se reduce a seis fragmentos, cuatro de ellos trímetros. El primero es la parodia de una plegaria a Apolo, en la que se burla de los diferentes lugares que se atribuían la residencia de la divinidad. El primer verso es citado por Aristófanes en Las ranas. El segundo es un único verso (Del oro dice Pitermo que nada vale lo demás) que quizá podría estar relacionado con el tercero, donde compara el valor del oro con los higos (para gente encerrada solo con estas dos cosas). El cuarto es el siguiente:

Con mucho te quiero a ti más que a ninguna
persona, lo juro por la berza.

El quinto fragmento, este en tetrámetros y más extenso, es una listita de alimentos (pescados y carnes) que son gratos en cada temporada.

El último fragmento, de clasificación insegura, se reduce a una única palabra (Tubo).

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