Se trata de una acusación privada para reclamar un dinero confiado en depósito. Debió de ser escrito poco después del restablecimiento de la democracia ateniense (403 aC), siendo por lo tanto la obra más antigua conservada de Isócrates
Durante el gobierno de los Treinta, un tal Nicias, despojado de sus derechos civiles y temiendo algo peor, confía tres talentos a Eutino, pariente suyo. Algo más tarde, Nicias desea marchar del país y reclama el dinero a Eutino, quien le devuelve sólo dos talentos. Guarda silencio por el momento, pero al cambiar de nuevo el régimen político decide denunciar a su pariente.
La obra es el discurso de respuesta al de Eutino (que según parece fue obra de Lisias), pronunciado por un amigo de Nicias en su nombre, y posee la particularidad de que no hay testigos. En cuanto a su contenido, simplemente insiste en diversas ocasiones en lo fácil que era delinquir en aquella época, dejando claro que Nicias tenía dinero, pero es buen hombre, mientras que Eutino, por sus relaciones con los Treinta, podría haber sido arrastrado a la injusticia.
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