Pasión, banquero de Atenas, es acusado por un joven, hijo de un valido de Sátiro (rey del Bósforo), de haberse apropiado de un depósito de dinero que le confió. Esta causa debió llevarse a cabo en el 393 aC, ya que Sátiro murió ese año (y en el discurso sigue vivo) y se menciona la hegemonía espartana como algo pasado (y ésta finalizó en 394 aC).
Sabemos por Demóstenes que Pasión había sido esclavo de los banqueros Antístenes y Arquéstrato, y libertado por ellos les sucedió en los negocios. Logró alcanzar la ciudadanía, y se distinguió por sus liturgias. Murió el 370 o 369 aC.
El demandante, aunque extranjero, debió de alcanzar la proxenía por haber realizado servicios a Atenas, ya que puede hablar ante el tribunal. Según nos cuenta, Sátiro encarceló a su padre mientras él residía en Atenas, y ordenó requisar sus bienes. El joven pidió consejo a Pasión, que le hizo ver la conveniencia de darle el dinero a él, y simular que en realidad tenía deudas. Pero al querer recuperarlo Pasión pretextó que estaba sin fondos, y ante otra gente afirmaba no tener nada suyo. Una vez su padre fue liberado por Sátiro, trató de recuperar el dinero y solicitó los servicios de Isócrates para la confección de su discurso.
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