Íbico

Nacido en Region (en Calabria, frente a las costas sicilianas), representa una continuación de la escuela derivada de Estesícoro, a través de la confluencia con las escuelas del Egeo, que cultivaban la monodia e insistían en lo personal. A pesar de lo exiguo de sus fragmentos, se nos presenta como una personalidad abierta y franca, con conciencia dolorosa de su pasión y de su ser: poeta viajero, poeta de corte y poeta íntimo, todo en uno.

Los datos biográficos que sobre él tenemos son muy dudosos. Vivió durante el auge de los pitagóricos y en su misma área, por lo que tal vez tuviera relación con ellos (aunque no hay referencias claras en los fragmentos conservados). La Suda le hace hijo de Pitio (que ha sido identificado con un legislador con ese nombre), pero al mismo tiempo ofrece otras genealogías. Plutarco y Estrabón (cinco siglos después) afirman que era de familia noble, y Diógenes Laercio (aún más tarde) transmitió una anécdota según la cual pudo convertirse en tirano y no quiso, de donde vendría la expresión "más anticuado que Íbico". Hemos de entender que nació hacia el 570 aC, ya que se sabe que visitó Samos durante la 61ª Olimpíada (536-533 aC), donde alcanzó reconocimiento, y que abandonó el lugar antes de la desastrosa muerte del tirano Polícrates (522 aC), a cuyo hijo dedica Íbico el más extenso de los fragmentos conservados.

Precisamente ese poema marca para el autor el cambio desde la lírica epizante hacia la canción erótica, prefiriendo los temas personales a los guerreros (contraste que conforma su centro, en lugar del mito, y que será posteriormente muy difundido). En una primera época, escribió poemas líricos, largos, de tema épico, a la manera de Estesícoro, incluyendo temas sobre occidente (Sicilia o sus lugares aparecen en varias ocasiones), referencias locales o de su actualidad. En la refinada corte de Polícrates, donde destacaba el poeta Anacreonte (con sus cantos de amor, de bebida y de delicada melancolía), Íbico desarrolló una poesía erótica (a veces, homoerótica), donde el tema amoroso es tratado con intensidad, muchas veces unido a la naturaleza (flores y pájaros, sobre todo). La lírica coral occidental (que era, en realidad, una desviación creada por la originalidad de Estesícoro) desemboca con Íbico en la monodia del Egeo.

La edición alejandrina de las obras de Íbico constaba de siete libros. Dentro de la lírica epizante podemos postular un poema sobre la destrucción de Troya, los cazadores del jabalí, los retornos de los héroes aqueos, Heracles, la Gerioneida y las Argonáuticas. Nótense las coincidencias temáticas con Estesícoro. Fuera de esa línea los poemas que se entrevén con mayor claridad son las odas a Polícrates y a Gorgias (el rapto de Ganimedes por Zeus). Los proemios de poemas eróticos constituyen lo que principalmente ha llegado a nosotros, como la oda a Euríalo. Poemas personales que, a la vista de lo conservado, contenían comparaciones míticas, máximas o afirmaciones tajantes.

Algunos fragmentos interesantes:
Por ellos también tú, Polícrates, tendrás gloria inmortal por tu belleza por lo que toca a mi canción y a mi alabanza.
... a los jóvenes de blancos caballos, hijos de Molíone, de igual edad, cabezas semejantes y un solo cuerpo, di la muerte, nacidos ambos de un huevo de plata ...
Otra vez Eros, mirándome lánguidamente con sus ojos bajo sus párpados oscuros, con mil incitaciones me empuja dentro de la red inextricable de Afrodita.
Tengo miedo de que por pecar contra los dioses reciba honor de los hombres.
No les es posible a los muertos hallar ya la medicina de la vida.
Ni el combate ni la amistad aceptan excusas.

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