La Pequeña Ilíada

El autor de este poema es, según muchos de los testimonios conservados, es Lesques de Pirra (o de Mitilene, según Proclo; en cualquier caso, en Lesbos). Según Clemente de Alejandría, este Lesques venció a Arctino, que sería mayor que él, en la decimoctava Olimpíada (708 aC). Plutarco, en el siglo I dC, cita un poema biográfico sobre Homero escrito tambien por Lesques

En este poema tienen mayor peso los episodios novelescos (y también burlescos), frente a la épica de otras composiciones. A veces busca la originalidad, lo que le lleva a complicar los temas en exceso.

La Crestomatía de Proclo realiza el siguiente resumen de la Pequeña Ilíada:
A continuación están los cuatro libros de la Pequeña Ilíada de Lesques de Mitilene, cuyo contenido es el siguiente:
Tiene lugar el juicio de las armas y Ulises las consigue, según la voluntad de Atenea. Áyax, que se vuelve loco, destroza el botín de los aqueos [un rebaño de corderos] y se da muerte a sí mismo.
Después de esto, Ulises tiende una emboscada a Héleno [uno de los hijos de Príamo] y lo captura. Al vaticinar este acerca de la ciudad, Diomedes trae a Filoctetes desde Lemnos. Curado este por Macaón, mata a Alejandro en combate singular. El cadáver, ultrajado por Menelao, logran llevárselo los troyanos y lo entierran.
Después de eso, Deífobo desposa a Helena.
Ulises se trae a Neoptólemo de Esciros y le da las armas de su padre. Aquiles se les aparece.
Eurípilo, hijo de Télefo, llega en auxilio de los troyanos. Aunque destaca en la batalla, lo mata Neóptolemo.
Los troyanos sufren el asedio.
Epeo, de acuerdo con el plan de Atenea, construye el caballo de madera.
Ulises, tras haberse desfigurado, se presenta en Troya como espía y, reconocido por Helena, planea con ella la captura de la ciudad. Tras matar a algunos troyanos, regresa a las naves
Después de eso, con la ayuda de Diomedes, se lleva de Troya el Paladión.
Luego, una vez que han hecho entrar a los mejores en el caballo de madera y han quemado las tiendas, los demás griegos se retiran de Ténedos.
Los troyanos, pensando que se han librado de sus males, acogen en la ciudad en caballo de madera, tras abrir una brecha en el muro, y se banquetean, en la idea de que han vencido a los griegos.
Proclo no avanza más en su resumen, pero sabemos por la Tabula Iliaca, por la descripción que Pausanias hace de una pintura sobre este tema (descripción que incluye muchas referencias al poema de Lesques) y por una opinión de Aristóteles en Poética, que la Pequeña Ilíada continuaba más allá y se solapaba con el Saco de Troya.

Tenemos la suerte de que se nos han conservado los primeros versos del poema gracias a la Vida de Homero (de pseudo-Heródoto):
Canto a Troya y a la tierra Dardania, pródiga en potros, en torno a la cual mucho sufrieron los dánaos, servidores de Ares.
Un escolio a Aristófanes (en Los caballeros) nos habla del juicio entre Ulises y Áyax por las armas de Aquiles. En esta versión, algunos aqueos se acercan a las murallas para espiar lo que puedan sobre el valor de los héroes. Dos muchachas discuten:
–Pues Áyax levantó y sacó del combate al héroe Pelida, y el divino Ulises no quería.
–¿Cómo proclamaste eso? ¿Cómo dijiste una mentira sin decoro?
Un escolio a la Ilíada describe la llegada de Aquiles a Esciro, donde casará con Deidamía (hija del rey), de quien nacerá Neoptólemo.
Al Pelida Aquiles la tempestad lo llevó a Esciros, a cuyo penoso puerto llegó aquella noche.
A Neoptólemo le entregará Ulises las armas de su padre, Aquiles. Otro escolio a la Ilíada , confirmado por un escolio a la Nemea VI de Píndaro, habla de la dificultad de manejar su lanza debido a su doble punta:
En torno de esta reluce una anilla de oro, y sobre ella, la punta ahorquillada.
Otro fragmento, procedente por partida doble de escolios a Eurípides (en Las troyanas y Orestes) describe el regalo que Príamo le hizo a Astíoca, madre de Télefo, por acceder a que este acudiera a la guerra:
La vid que el Crónida le regaló como compensación por su hijo, empenachada de suaves hojas de oro y racimos, que Hefesto, una vez que la trabajó con esmero, había regalado al padre Zeus. Pero él la entregó a Laomedonte a cambio de Ganimedes.
Cinco versos describen como Ulises evita que Anticlo conteste (a Helena, que se encuentra en el exterior del famoso caballo de Troya, y llama a los argivos imitando la voz de sus mujeres). Al parecer, estos versos pasaron a formar parte de la Odisea en algún momento, pero ya los editores griegos los extirparon, al darse cuenta que Anticlo no es nombrado nunca por Homero.
Entonces todos los demás hijos de los aqueos estaban en silencio, pero Anticlo era el único que quería responderte con palabras. Pero Ulises le orpimió fuerte las mandíbulas con sus manos poderosas y salvó a todos los aqueos. Así lo mantuvo hasta que te apartó de allí Palas Atenea.
Otro verso se nos ha conservado por varias referencias eruditas, a tenor de la fecha concreta de la toma de Troya:
la noche estaba mediada y luminosa se levantaba la luna
Un escolio a Licofrón nos deja el fragmento más extenso, que describe el botín de Neoptólemo. Este hijo de Aquiles se lleva a la esposa de Héctor, tras matar, lanzándolo desde la torre, a su hijo; y también toma como esclavo a Eneas (lo que difiere de la versión contenida en el Saco de Troya, donde Eneas logra escapar, y que será la elegida por Virgilio para su Eneida).

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Si desea saber más sobre la épica arcaica o consultar la bibliografía utilizada, visite nuestra entrada al respecto.

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