Los filósofos eleáticos

La escuela toma su nombre de la ciudad de Elea (en la actual Italia, a orillas del Tirreno), patria de Parménides y Zenón, y hogar de Jenófanes.
El pensamiento de la escuela es opuesto a la filosofía materialista de los milesios, y también a la teoría del flujo universal que vemos en Heráclito. Para ellos, el universo es una unidad inmutable, infinita en tiempo y espacio, y, por tanto, más allá de los sentidos humanos. -> Sólo mediante la reflexión puede alcanzarse la verdad última, ya que las observaciones sensoriales ofrecen una visión limitada y distorsionada.
No está claro entre los estudiosos si la fundación de la escuela se debe a Jenófanes (en cuyas enseñanzas se basarían las doctrinas eleáticas) o a Parménides (que las desarrolló dentro de un sistema metafísico); pero lo más probable sería lo segundo.

~ Jenófanes.
Nacido entre el 580 y el 570 aC en Colofón (Jonia), y exiliado cuando los medos al mando de Hárpago tomaron la ciudad (en el 540 aC). Su vínculo con la filosofía jonia estriba en que algunos de sus fragmentos hablan de diversos fenómenos físicos, meteorológicos y celestes. Murió entre el 475 y el 466 aC.
De sus obras nos quedan, a través de citas de otros autores, unos 150 versos. Sus elegías parecían seguir las normas tradicionales de composición, y se conjetura sobre algunas sátiras a costa de Homero y Hesíodo. Es posible que escribiera un poema didáctico en hexámetros, que se titularía Sobre la naturaleza.
Lo que caracteriza su pensamiento es el rechazo del saber tradicional, cuyos portavoces eran los dos poetas épicos. Así, niega la cosmogonía implícita en esos poemas por una concepción propia del universo visible. Ataca también el antropomorfismo y la atribución de obras indignas a los dioses, y sigue negando todas las características de las divinidades homéricas y hesiódicas: el dios es eterno (no ha sido engendrado), está inmóvil (no necesita de velocidad),...
Por otra parte, se separa de la fisiología milesia al negar la existencia del arjé (sustancia primordial). Para él, toda la creación está formada por un ciclo de transformación entre la tierra y el agua, apoyándose en hechos como los fósiles de peces y algas en tierra, o el goteo de las estalacticas.
En cuanto al conocimiento, afirma la relatividad de los sentidos (alegando que, si no existiese la miel, pensaríamos que lo más dulce son los higos) y cancela el conocimiento indubitable.

~ Parménides.
Nació entre 530 y 515 aC en Elea, ciudad donde tuvo importancia como político y jurista, y a la que dio una legislación nueva. Escribió una sola obra Sobre la naturaleza: un poema en hexámetros y lengua épica de la que sólo conservamos fragmentos gracias a citas de otros autores; aunque en este caso la integridad de la obra es mayor que la de Jenófanes, lo mismo que la posibilidad de reconstruir su pensamiento.
Éste se divide en dos partes: la vía de la verdad (donde se ocupa de 'Lo que es' o 'Ente', demostrando que es inengendrado e indestructible, homogéneo, inmóvil y perfecto como una esfera) y la vía de las opiniones de los mortales (donde trata asuntos como la constitución y ubicación de los astros, diversos fenómenos meteorológicos y geográficos, y el origen del hombre).
En su obra parecen encontrarse ataques contra las ideas de Anaxímenes, los pitagóricos y Heráclito.
La influencia de la vía de la verdad de Parménides es enorme: los autores posteriores tratarán de superar con otros argumentos la crisis en que se había sumido el conocimiento de lo sensible, y tanto la doctrina platónica de las formas como la metafísica aristotélica guardan una deuda clara con sus tesis.

~ Zenón de Elea.
Su vida se desarrolló aproximadamente entre 490 y 430 aC. Nacido en Elea, fue discípulo directo de Parménides, y creó una serie de argumentos para apoyar las tesis de su escuela. No creó, sin embargo, ninguna idea propia, limitándose a atacar todo pensamiento que no partiera de las tesis eleáticas. Como su maestro, tuvo probablemente una activa vida política.
Entre sus razonamientos encontramos una conceptualización del cálculo infinitesimal (lejos de toda matematización), como un instrumento para formular sus paradojas. Con ellas intenta probar que el Ser tiene las características de homogeneidad y unicidad. Autores posteriores alaban su capacidad para analizar los dos lados de una misma cuestión, lo que hace que podamos considerarle el primero en usar la reducción al absurdo como demostración.

~ Meliso de Samos.
Nacido hacia el 470 aC fue un estadista y comandante naval que contribuyó a extender las ideas filosóficas de su maestro, Parménides. Ejerció cierto influjo sobre el atomismo de Demócrito y Leucipo. Comandó la flota de Samos que venció a los atenienses en 441 o 440 aC, aunque la victoria final sería para Pericles.
Sus escritos se componían de largas series de argumentos, escritos en jonio, defendiendo las ideas de Parménides: mantiene el concepto de Unidad del Ser (eterno, uniforme, inmóvil), pero lo hace infinito, y no limitado en una esfera, así como inalterable. Estos argumentos para defender a Parménides crean una paradoja entre este argumento del no-cambio, y la evidencia de los sentidos (frío-cálido, duro-blando, vivo-muerto).

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