Los sofistas: obras anónimas

Anónimo de Jámblico
El llamado anónimo de Jámblico es un texto perdido, de autor desconocido, del que únicamente tenemos noticia gracias al resumen que Jámblico hiciera en su Protréptico (en el siglo IV dC). Por su tema (la controversia ley/naturaleza) puede incluirse entre los textos sofísticos. En el texto, naturaleza y ley se hallan conciliadas, al considerar la ley una especie de necesidad natural para que resulte posible la existencia de la sociedad. Se otorga una importancia decisiva a la educación para la ley: los talentos adquiridos deben utilizarse solo para buenos propósitos, que lo son a condición de que apoyen a las leyes y a la justicia.
Es necesario que todo hombre ejerza de forma sobresaliente un dominio sobre sus pasiones.
El hombre que es auténticamente bueno no va a la caza de gloria pertrechado con un armamento externo que es ajeno a él, sino con su propia virtud.
De este modo resulta evidente que el poder en sí, en cuanto realmente poder, se conserva por el instrumento de la ley y grcias a la justicia.
E incluso la tiranía, un mal de tamaña magnitud y perversidad, se produce no por otra causa que por la ilegalidad. (...) Ya que, cuando todos se entregan a la corrupción, es cuando se produce ese fenómeno político.
Discursos dobles
En estos textos, fechables a comienzos del siglo IV aC, se contraponen perspectivas diferentes sobre un mismo hecho, haciendo que pueda ser considerado justo o injusto, bueno o malo. Este método de la Antilógica (oponer dos argumentos opuestos) pretende reducir al rival dialéctico al mostrar que su argumentación supone su propia negación. Están escritos en un dialecto dorio, que hace pensar en Sicilia o Magna Grecia como la patria del autor, pero con claras influencias de la lengua común o koiné que va imponiéndose por ese período. Está dividido en nueve partes: Sobre el bien y el mal argumenta que para una misma persona algo puede ser bueno o malo según el momento, poniendo como ejemplos que la enfermedad, mala para el enfermo, es buena para el médico, o que la oxidación del hierro es considerada buena por el herrero. Sobre lo bello y lo feo sigue la misma línea, con ejemplos sobre las diferentes perspectivas estéticas. Sobre lo justo y lo injusto insiste en la misma línea, pero en el campo de la ética: ¿es justo robarle la soga al que piensa ahorcarse con ella? Sobre lo verdadero y lo falso deja de lado los ejemplos, y trata de fundamentar la diferencia en base a las palabras. La quinta parte, podría titularse Sobre la cordura y la locura o Sobre la identidad de los contrarios por su contenido. Sobre la sabiduría y la virtud, si son enseñables niega las afirmaciones de los que pretenden decir que la sabiduría y la virtud no pueden enseñarse. Las dos últimas partes tratan de la necesidad de un gobierno de los preparados, en contra de la democracia auténtica, de la capacidad de hablar de cualquier tema si se poseen amplios conocimientos, y de la memoria.

Sobre las leyes
Escrito probablemente por un ateniense pitagorizante que reaccionaba contra el individualismo sofístico o por un político del círculo de Pródico, el texto se decanta por una ley integrada en la naturaleza: independientemente del origen dado a las leyes (regalo divino, sabios legisladores, contrato social), su presentación adquiere una forma natural, pues existen siempre entre los humanos.
También tienen todos los hombres altares de la Justicia, del Buen Orden y del Respeto, los más bellos y santos levantados en el interior del alma y de la naturaleza de cada uno, otros erigidos en público para que todos les rindan honores.
Sobre la música
Un pequeño fragmento de indudable inspiración sofística cuyo tema central está formado por la reflexión sobre el valor ético y pedagógico de la músico (cuestión de posible origen pitagórico). Dado que en su estilo no se evita el hiato (norma que surgió a partir de la escuela de Isócrates), el texto puede ser anterior al 390 aC. Básicamente, por lo poco que podemos leer, el autor arremetía contra los que pretendían someter la música a teorizaciones filosóficas o morales, con olvido de los valores estrictamente musicales.

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