Iseo: Sobre la herencia de Menecles

Menecles, viudo y sin hijos, se casó en segunda nupcias con la hija de su difunto amigo Epónimo. Tampoco tuvo hijos con esta segunda esposa, así que para no privarla de descendencia se separó de ella amistosamente, permitiendo que fuera entregada a otro hombre. Dada su avanzada edad y su soledad, adoptó como hijo a otro hijo de Epónimo.


Menecles murió años después, y su hermano, alegando la nulidad de la adopción (según él, realizada por influencia de la segunda esposa), reclamó la herencia. El heredero presentó entonces como testigo a su suegro, Filónides, para el proceso de protesta (diamartyría): el demandante debe demostrar el falso testimonio del testigo, de tal forma que así niegue la existencia de un hijo adoptivo, y tenga abierto el acceso a la herencia por vía judicial. Así pues, el hermano de Menecles atacó a Filónides, acusándole de falso testimonio: sostiene que la adopción no es válida porque se hizo bajo el influjo de una mujer que, además, ni siquiera era esposa legítima, pues sus hermanos no habían entregado la dote.

El presente discurso, pronunciado por el hijo adoptado por Menecles, defiende a su testigo y, por tanto, en último término defiende su legítima posesión de la herencia. Tras alegar que su hermana fue entregada en matrimonio con una dote de veinte minas, cantidad restituida tras el divorcio, el orador trada de demostrar la legalidad de su adopción: su hermana no influyó en la decisión de Menecles, pues para entonces ya estaba casada y con dos hijos; la adopción está justificada por la soledad y avanzada edad de Menecles y por su estrecha relación con la familia de Epónimo; se cumplieron todos los requisitos legales, incluyendo la introducción en la fratría y la inscripción en el nuevo demo; durante los veintitrés años en que Menecles sobrevivió a la adopción, nunca nadie objetó nada, y los juramentos intercambiados con sus parientes demuestran su aceptación.

Iseo enfoca el discurso en una dirección que permita alcanzar los sentimientos íntimos de los jueces: el aspecto religioso de la adopción y el carácter sagrado de la relación paternofilial. De esta forma, se contrasta la acusación hacia el demandante por irreverencia y falta de respeto contra los dioses familiares con la presencia del heredero de Menecles para defender la memoria y el nombre de su padre (y no para reivindicar su fortuna). Se resalta el hecho de que el hermano de Menecles no sólo obtendría la fortuna (que ya le había sido negada años atrás), sino que conseguiría además privar a éste de perpetuar su nombre y su casa. El heredero, en cambio, había cuidado de Menecles durante años, y a su muerte realizó los ritos oportunos.

Para fechar esta obra aparece una indicación velada sobre la participación del hijo adoptivo y de su hermano en la expedición de Ifícrates a Tracia. Ésta parece ser de la expedición mercenaria del 383 aC, y por tanto la adopción hubiera tenido lugar hacia 378 aC. Añadiendo los veintitrés años hasta la muerte de Menecles, el discurso sería pronunciado aproximadamente en 354 aC.

Platón: Leyes (I)

Platón trazó en su República el ideal del Estado, y trata ahora de explicar cómo ponerlo en práctica. Mantiene en el fondo las ideas morales y políticas que impulsaron aquélla, pero relaja su rigor en esta obra.

Es la composición más larga de Platón, pero no está al mismo nivel que otras anteriores. No podemos olvidar que se trata de una obra de ancianidad, y según Diógenes Laercio, el filósofo no tuvo tiempo de darle una última revisión antes de su muerte. Así pues, aparecen rodeos y digresiones, amplificaciones e interrupciones, pero todo cuadra con el plan general de la obra. Los cuatro primeros libros suman una suerte de introducción al espíritu de la legislación platónica; los cuatro siguientes tratan de las instituciones políticas y las leyes; los cuatro últimos exponen el conjunto de castigos y recompensas a disposición del Estado.

Como en otros de sus diálogos de vejez, Sócrates no aparece en Leyes. La escena tiene lugar en Creta, y los interlocutores son tres ancianos: uno ateniense (que expresa las ideas del autor), uno espartano (que responde al nombre de Megilo), y uno de la propia Creta (de nombre Clinias). El diálogo tiene lugar durante el peregrinaje al santuario de Zeus, emulando así el mito según el cual Minos, que realizaba ese camino cada nueve años para recibir instrucciones de Zeus, entregó a los cretenses sus leyes. Es Clinias quien concreta el tema al finalizar el libro III, pues dice que ha sido uno de los diez ciudadanos de Cnosos nombrados para redactar las leyes de una nueva colonia.

El conjunto legislativo usado por los personajes es en parte lacedemonio y en parte ateniense. Sin embargo, otras cuestiones se entrecruzan en su diálogo, verbigracia: el papel de la razón y de la divinidad en el establecimiento de las leyes; las relaciones entre filosofía, política y religión; o el uso de la música, la danza y la gimnasia en la educación.

A continuación se presenta un somero resumen de los puntos tratados en los cinco primeros libros, dejando los siete restantes para otra entrada.

Libro I

Los tres personajes comentados, en camino desde Cnosos al santuario de Zeus, mantienen una conversación sobre el origen y los caracteres de la legislación cretense. Tras establecer la tendencia militar de estas leyes, el ateniense señala que la mejor legislación es la que hace aumentar todas las virtudes a la vez. En esta intervención resume ya el contenido de la obra al completo. El espíritu de la legislación se deja ver por tres características: la omnipotencia del Estado (y por consiguiente la limitadísima libertad del individuo); su obligación de fomentar las cuatro virtudes cardinales en los ciudadanos; y la filosofía como suma y perfección de estas virtudes. A continuación se cuestiona si estas características aparecen en las leyes de Minos y Licurgo, supuestamente inspiradas por la divinidad. Responder este punto llevará hasta el libro IV. En el primero son objeto de estudio la fortaleza o valor y la templanza: Los legisladores de Creta y Esparta nada han omitido para inspirar y distinguir el valor que consiste en sobreponerse al dolor (sobriedad, gimnasia, caza, etc), pero no el que consiste en sobreponerse al placer. Con respecto a la templanza, el ateniense cuestiona las bondades de los banquetes en común, y también de la ausencia total de ellos. Establece que deben ser ordenados, y los ciudadanos, vigilados por un presidente sobrio y experimentado, serán probados por el placer. De esta manera lo conocerán y podrán hacerle frente (es decir, que el vino jugaría hacia el placer el mismo papel que la gimnasia y la caza realizan hacia el dolor).

Libro II

El intento por justificar estos banquetes conduce a Platón a extensas consideraciones sobre la educación, entendida como la dirección que debe darse a las primeras inclinaciones morales, los primeros sentimientos y los primeros ejercicios físicos de los niños. Por este motivo sus partes principales son la gimnasia y la música (término con un sentido mucho más amplio que el actual, y que llega a incluir gran parte de las artes). La música, por tanto, debe inspirar buenos sentimientos, y será esta expresión de bondad y belleza la que marque la música conveniente para la disciplina moral, y no el placer que la misma provoque. De forma parecida, los discursos dirigidos a los jóvenes deberán inspirarles el amor al bien y a lo verdadero. Los cantos, ritmos y melodías serán vigilados por los ancianos más sabios y virtuosos, y no podrán ser modificados posteriormente. Establece tres coros para conseguir que las máximas virtuosas se extienden entre los ciudadanos: de las musas, compuesto por niños; de Apolo, formado por jóvenes; y un tercero, de Baco, compuesto de adultos; los ancianos se encargarán de crear fábulas sobre los mismos temas. El vino estará prohibido para los niños, restringido para los jóvenes, y logrará que los adultos sean empujados al canto; sin embargo, su uso estará regulado por las leyes, que prohibirán su consumo en muchas circunstancias (soldados en tiempo de guerra, esclavos, etc).

Libro III

El ateniense pasa ahora a considerar la historia, repasando los estados sucesivos por los que ha pasado el ser humano. De ello deduce que los pueblos deben únicamente a su virtud la prosperidad y bienestar de los que gozan, y a los vicios todas las revoluciones habidas. Conjetura sobre el momento posterior al cataclismo conservado por muchas tradiciones (como el diluvio), y sobre la vida primitiva (sin sociedad, gobierno, artes, industria ni comercio; pero también sin guerras, indigencia, libertinaje ni litigios). El mando patriarcal deja paso a las primeras monarquías y aristocracias al contactar diversas familias, naciendo así las legislaciones. La narración salta a los tiempos de Ilión y los reinos de Lacedemonia, Argos y Mesenia. Estos últimos cayeron por la ignorancia de sus reyes, Tememo y Cresfonte, que no supieron someter a la razón sus pasiones. Esparta se salvó gracias a las instituciones del Senado y los Éforos. De aquí surge una conclusión clara: jamás se debe establecer una institución demasiado poderosa, sin estar moderada. Los poderes máximos, que Platón considera aquí como facciones, representados por el imperio Persa y la libertad democrática ateniense, se han demostrado con el tiempo insuficientes, pues no han creado un orden y una libertad verdaderos y perdurables.

Libro IV

El ateniense no desea abordar la nueva legislación sin tratar las condiciones físicas, morales o políticas con las que es bueno que el Estado comience a establecerse. En primer lugar no situaría la ciudad cerca del mar, para librarla así de los peligros de las ciudades portuarias (importación de costumbres, espíritu de lucro, etc), y llega a restar importancia a las victorias de Salamina y Artemisio (frente a las batallas terrestres de Maratón y Platea). Los ciudadanos deberían poseer un mismo origen: una nacionalidad con costumbres, lengua y religión idénticas, de tal forma que así reinaría la unión en el Estado. Reconoce, empero, que una población diversa posee mayor facilidad para aceptar nuevas leyes, favoreciendo así el trabajo del reformador. A continuación, el ateniense expone que, para cambiar las leyes, la circunstancia más favorable del Estado es que se encuentre a cargo de un tirano joven, con memoria, valor y templanza, quien con su ejemplo y energía logre que el espíritu del legislador pase al Estado. Éste es el camino más corto para la reforma, y el único lgar de su obra donde Platón parece apoyar la tiranía. Luego se realizan algunas invitaciones a los ciudadanos acerca de sus deberes hacia la divinidad, los daimones, los héroes y los manes, y también hacia los padres y los fallecidos. Por último, el ateniense comenta las ventajas de añadir un preámbulo explicativo a cada ley, de tal manera que los ciudadanos comprendan el espíritu que las crea.

Libro V

Después de los últimos preliminares sobre la necesidad de purgar la nueva colonia (desterrar a aquellos con mala disposición moral o vicios incurables) antes de darle leyes, y tras fijar su número de habitantes en 5040 (por la facilidad de realizar subdivisiones), el ateniense pasa al tema central de su exposición. En primer lugar establece las leyes sobre la propiedad: cada ciudadano posee una porción de tierra y una habitación, aunque no podrá disponer de ella a voluntad: no podrá venderla, enajenarla o repartirla entre sus hijos. El número de parcelas deberá ser siempre el mismo, por lo que el número de ciudadanos tampoco será modificado: el exceso será enviado a las colonias, y si hay falta deberá fomentarse la generación. Como cada familia dispondrá de lo necesario, no deberán poseer oro ni plata, y la única moneda será pequeña, útil para las transacciones intramuros. Otros detalles menores y minuciosos estudian la división de la tierra y la distribución de los ciudadanos en doce tribus. Todas estas prescripciones han tenido por objeto reducir las tensiones entre los ciudadanos adinerados y aquellos con menos recursos.

Jenofonte: La república de los lacedemonios

Breve obra de claro carácter filolaconio, como refleja la comparación repetitiva entre el sistema de vida de Esparta y el del resto de griegos. Pretende mostrar cómo, a pesar de su escasa población, los laconios lograron una grandeza fuera de toda duda, y así mismo cómo, cuando sus dirigentes se separaron de las leyes de Licurgo, llegó la decadencia debida a la codicia, la ambición y las influencias extrañas a sus costumbres.

La fecha de composición de esta obra no es conocida. Algunos estudiosos la sitúan entre el 378 y el 371 aC por ciertas referencias, mientras que otros proponen fechas más tempranas o fechas posteriores, como la década de los 360 aC. Lo que parece verosímil es que fuera una obra de juventud (tal vez comenzada durante la hegemonía espartana), que fue retocada en momentos posteriores.

Éste es el resumen de la obra, separado en sus epígrafes:
  • 1. Sobre la procreación: vigorosidad de las mujeres espartanas gracias a la gimnasia, matrimonios en la madurez, etc.
  • 2-4. La educación de los niños y jóvenes en sus diversos estadios: disciplina, falta de comodidad, el saqueo, tareas y respeto durante la juventud (en lugar de simplemente finalizar la educación), rivalidad por la virtud.
  • 5. Aspectos de la vida en común: comidas, ejercicios.
  • 6. La autoridad de los adultos sobre los niños y el uso en común de ciertos bienes.
  • 7. Prohibición a las personas libres de dedicarse a los negocios.
  • 8. Sobre la obediencia a las leyes y autoridades, y sobre los poderes de los éforos.
  • 9. Gloria a la valentía y la humillante vida reservada al cobarde.
  • 10. Del respeto a los ancianos y de sus prerrogativas en la Gerousía (el consejo de ancianos). El ideal de la perfección de cuerpo y espíritu.
  • 11-12. Sobre el ejército: facilidad en las maniobras de la unidad; campamentos.
  • 13-15. Los reyes espartanos: funciones, violación de las leyes de Licurgo, posición en la constitución.

Isócrates: Areopagítico

Obra fundamental para conocer el pensamiento político de Isócrates. No es sólo un panfleto que urja a una reforma política, sino también un análisis de lo ocurrido en Atenas. Algún estudioso ha visto una clara hostilidad hacia la democracia, latente en sus obras anteriores. Otros simplemente han señalado lo reaccionario de sus ideas sobre el papel otorgado al tribunal del Areópago (ya que propone devolverle la autoridad política que le dieron los legisladores del siglo VI aC), sin llegar a condenar el principio de la democracia.

Isócrates hace por primera vez una precisión sobre la organización política de Atenas inspirándose en una consideración democrática: la necesidad de acabar con las intrigas de los partidarios de la oligarquía y de respetar la voluntad del pueblo. En líneas generales, la obra es una exaltación de la antigua democracia (la de Solón y Clístenes), realizada desde el punto de vista de la minoría acomodada conservadora.

La fecha de este discurso, donde de nuevo se adopta la ficción de que se habla ante la asamblea popular, es bastante discutida, pero en general puede situarse entre el 357 aC, o poco antes, y la primera mitad del 354 aC.

El resumen de la obra, siguiendo la numeración de los párrafos, es la siguiente:

  • 1-14: Exordio. La situación de Atenas es crítica, a pesar de la opinión de sus conciudadanos, y esta apariencia de poder puede llevarles a la catástrofe.
  • 15-35: Hay que restaurar la pátrios politeía, la antigua democracia. {En favor de ella quiero hacer mi discurso y para eso me inscribí como orador}. Exaltación del pasado.
  • 36-64: En la antigua democracia, la función del Areópago fue esencial, no sólo por su fuerza política, sino también por su misión educativa. Ventajas de las buenas costumbres sobre las leyes numerosas. {Quienes han sido mal criados se atreverán a transgredir las leyes por bien redactadas que estén}.
  • 65-70: Lo que Isócrates desea reformar está dentro de la tradición ateniense y de la auténtica democracia, a diferencia del régimen de los Treinta o del gobierno de ese momento.
  • 71-77: Los atenienses deben abandonar sus antiguos errores y procurar emular a los antepasados.
  • 78-84: Recuerdo de los éxitos del pasado y exhortación para salvar a todos los griegos.

Iseo: Sobre la herencia de Apolodoro

Los hermanos Éupolis, Mnesón y Trasilo habían heredado de su padre una gran fortuna. El segundo murió sin descendencia, mientras que Apolodoro, hijo de Trasilo, quedó a la muerte de su padre bajo la tutela de su tío Éupolis. Éste, aprovechándose, privó a Apolodoro de la mitad correspondiente de la fortuna de Mnesón y malversó su patrimonio. Al casarse de nuevo la madre de Apolodoro, su esposo, Arquedamo, ayudó al muchacho en su mayoría de edad a litigar por sus derechos, logrando la condena de Éupolis en dos juicios: en uno recibió la parte heredada de Mnesón; y tres talentos como indemnización en el otro.

Tiempo después, cuando Apolodoro perdió a su único hijo, decidió adoptar a su sobrino, Trasilo (II), hijo de su hermanastra (tenida por su madre de Arquedamo). Lo inscribió así en su génos y en su fratría, pero murió antes de poder inscribirlo en el registro del demo. Sin embargo, los miembros del demo, conociendo estos hechos, inscribieron a Trasilo (II) a pesar de las protestas de la familia de Éupolis.

Una hija de éste (y por tanto prima de Apolodoro), reclamó la adjudicación de la herencia, considerando que la adopción no se había completado. Trasilo (II) pronuncia para este juicio el discurso que nos ocupa.


Tras llamar la atención sobre la inconveniencia de reclamar una adopción hecha en vida y justificar el procedimiento legal escogido, el orador expone en un clarificador resumen todos los antecedentes del caso. Al mismo tiempo, entrelazados con los hechos, aparecen sus argumentos: la enemistad de Apolodoro con su tío Éupolis y su amistad con Arquedamo justifican la adopción de Trasilo (II); la validez de la misma queda asegurada por los miembros del demo de Apolodoro, conocedores de la voluntad del difunto; validez confirmada por la actitud de otros familiares de Éupolis, pues Trasibulo (hijo de otra hija de Éupolis) no reclama nada y da por válida la adopción. Como es habitual, se comparan las bondades personales y la generosidad cívica de Trasilo (II) y Apolodoro frente a la perversidad de sus adversarios.

Es difícil fechar con exactitud este discurso. Como se menciona el sistema de sinmorías, sería posterior a esta reforma de la trierarquía (de la que no se tiene constancia hasta 357-356 aC). Se alude también a una fiesta ateniense celebrada en Delfos; si el discurso se hubiese celebrado en un año pítico, nos situaría en 354-353 aC o 350-349 aC. En general, los estudios se quedan con la fecha de 355 aC.

Jenofonte: Ciropedia, libros V-VIII

Continuamos el resumen de la obra cuya presentación pueden leer en esta entrada. Tras ocuparnos de los libros I-IV en una entrada anterior, pasamos a los otros cuatro. En cada libro, como ya es habitual, separamos los diferentes epígrafes.

Libro V
  • Pantea, princesa asiria cautiva, es entregada al medo Araspas para su custodia. Discusión entre Ciro y Araspas sobre el amor. Araspas, a pesar de su postura, acabará enamorándose de Pantea. Ciro intenta mantener las alianzas y proseguir la guerra.
  • Ciro en el palacio de Gobrias, donde promete vengar a su hijo. Ciro expone sus razones para marchar sobre Babilonia, donde radica la mayor fuerza asiria.
  • Primera incursión en Asiria; el botín se entrega a Gobrias como premio por su fidelidad. Ciro logra que Gadatas, príncipe asirio que fue mandado castrar por el rey asirio, se pase a su bando, y con su traición logra tomar una fortaleza. El rey asirio parece avanzar hacia las tierras de Gadatas, y éste parte con sus tropas, seguido de cerca del numeroso ejército de Ciro. Discurso y orden de marcha.
  • El rey asirio embosca a Gadatas, y éste es herido. La llegada de Ciro rompe la persecución, y salva el día. Los cadusios avanzan hacia Babilonia solos, pero son atacados y derrotados por el rey asirio. Ciro logra obtener una lección para sus soldados de ello, y poco después parte hacia Babilonia acompañado por Gadatas y el resto de sus tropas.
  • Nuevos recelos de Ciaxares, envidioso del poder conseguido por Ciro. Discurso de defensa de Ciro (al modo sofístico) repasando sus acciones desde que tomó el mando.
Libro VI
  • Planes para la campaña de invierno: Ciro resalta la necesidad de avanzar hacia el enemigo, además de construir máquinas de guerra. Ciro piensa en enviar como espía a Araspas, quien todavía ocupaba el puesto de guardián de Pantea, a pesar de que ella lo había rechazado y se mantenía fiel a su ausente marido. A Ciro se le ocurre que Araspas puede simular su deserción por este motivo. Pantea logra que esta piedad de Ciro hacia ella haga que Abradatas, su esposo, se pase a su bando.
  • Llegan mensajeros del rey de la India, y Ciro los envía a los asirios para que sirvan como espías. Gracias a ello descubre los enormes preparativos de Creso, rey de Lidia. Discurso de Ciro para animar a las tropas. Consejos sobre los preparativos.
  • Salida del ejército y marcha hasta la proximidad del enemigo. Informe de Araspas. Órdenes para la batalla. 
  • Despedida de Pantea y Abradatas. Exhortaciones de Ciro.
Libro VII
  • Marcha a la batalla. Ciro hace frente con arrojo a la maniobra envolvente de los asirios. Muerte de Abradatas a manos de los egipcios. Éstos acaban siendo el único foco de resistencia ante el acoso de Ciro, que pacta con ellos.
  • Ataque y toma de Sardes, donde se había refugiado Creso. Encuentro de Ciro con Creso; la ciudad se salva del saqueo.
  • Durante el duelo de su esposo Abradatas, Pantea se suicida.
  • Enviados por Ciro, Adusio pacifica Caria e Histaspas toma la Pequeña Frigia. Marcha hacia Babilonia. En su avance, Ciro somete a los frigios, los capadocios y los árabes.
  • Planes y conquista de la ciudad, conseguida mediante el drenaje del Eufrates. Ciro como soberano. Asentamiento en Babilonia.
Libro VIII
  • Organización de la corte: cargos y funcionarios, economía, vasallaje.
  • Métodos para granjearse el favor de los hombres: magnanimidad, regalos y agasajos, desprenderse de riquezas y no atesorarlas, organización de la salud pública y del poder judicial.
  • Salida real: suntuosidad del desfile, holocaustos.
  • Cena con sus dignatarios: orden de los asientos según las acciones realizadas; generosidad de Ciro; asuntos matrimoniales; regalos.
  • Preparativos para la vuelta a Persia. Organización del campamento. En Media, Ciaxares le ofrece a su hija como esposa. Encuentro con su padre, Cambises.
  • Organización del imperio: las satrapías. Inspección anual de las provincias. El sistema de postas. Conquistas de Siria y Egipto {realizada en realidad por Cambises}.
  • Pasado mucho tiempo, Ciro recibe una visión que le anuncia su cercano final. Último discurso y muerte.
  • Epílogo. Decadencia del imperio actual, en contraste con el pasado esplendoroso.

Isócrates: Sobre la paz

En el año 357 aC, Quíos, Rodas, Cos y Bizancio abandonan la segunda liga marítima (fundada veinte años atrás), dando comienzo a una guerra entre confederados que durará hasta 355 aC. En algún momento de esta lucha se escribió este discurso.

Su tema es criticar el imperialismo marítimo y reclamar el cese inmediato de las hostilidades. Isócrates estaría ya desengañado del renacimiento de Atenas, y esta obra representaría la abolición de sus planes políticos. El autor aprovecha para hacer algunas consideraciones sobre la política interna ateniense, realizadas desde el punto de vista de la minoría conservadora partidaria de la paz. Una guerra era algo demasiado costoso para la catastrófica situación financiera del momento.

Éste es el esquema del discurso (siguiendo la numeración de sus párrafos):
  • 1-15. Exordio: Dificultad para decir la verdad a los atenienses, debido a que sólo desean escuchar los mismos argumentos que ellos ya poseen.
  • 16-25. Es forzoso firmar la paz, lo que traerá ventajas materiales y éticas: seguridad, prosperidad, armonía y prestigio.
  • 26-60. Los estados, como los individuos, han de tener su propia moral. La política interior y exterior de Atenas ha sido peligrosa, debido a su ambiciosa tendencia a dominar sobre las demás ciudades.
  • 61-94. Crítica de la política imperialista; la causa es la corrompida educación del pueblo y sus dirigentes. El comienzo del imperio marítimo fue también el comienzo de todos los males. En todo este fragmento se lleva a cabo una comparación entre la gloria del pasado y la ruina del presente.
  • 95-110: Crítica de la política agresiva de Esparta, desarrollada al alcanzar el poder. Paralelismos con el caso ateniense.
  • 111-116: Crítica de la tiranía y comparación con el imperio.
  • 117-131. Pequeños pueblos, como los tesalios y megarenses, han logrado grandes éxitos; pero la soberbia del poder y los demagogos que sólo piensan en su interés personal llevaron a Tesalia a la ruina. Aplicación del ejemplo a la situación de Atenas.
  • 132-145. Propuestas de reformas. Posible hegemonía de Atenas como honor concedido por los demás estados, pero nunca impuesta por ella misma. Invitación a otros oradores para que ayuden al autor en su tarea.

Jenofonte: Ciropedia, libros I-IV

Comenzamos el resumen de la obra cuya presentación pueden leer en esta entrada. Nos ocuparemos de los libros I-IV, dejando los otros cuatro para una próxima entrada. En cada libro, como ya es habitual, separamos los diferentes epígrafes.

Libro I
  • Proemio, repleto de consideraciones filosófico-políticas, donde se reflexiona sobre las dificultades de gobernar seres humanos, y se concluye con que la difícil tarea no es imposible, ya que el persa Ciro logró hacerse respetar y amar por los súbditos de su vasto imperio.
  • Se repasan los orígenes de Ciro: sus padres y estirpe, sus cualidades innatas y la educación que siguió, aspecto descrito por Jenofonte aludiendo al sistema organizado que imperaba en Persia, basado en una división en clases por edades.
  • Se narra de un modo novelado la estancia de Ciro en la corte de su abuelo, el rey medo Astiages, mediante diversas ocurrencias. Astiages demuestra su debilidad con él, cuando le pide que se quede más tiempo.
  • Se cuenta el paso de Ciro a la adolescencia mediante dos experiencias: su primera caza y su primera participación en una empresa guerrera. Ciro regresa con su padre, Cambises.
  • Ciaxares hereda el trono de Astiages. El rey de los asirios trata de reducir el poder medo levantando calumnias contra ellos. Ciaxares pide ayuda a Persia, y Ciro es nombrado jefe de los ejércitos enviados. {Clara manipulación de Jenofonte: la partida de guerra invadía Media, y no iba en su ayuda}. Discurso de Ciro a sus soldados.
  • Consejos de Cambises para ser un buen jefe: buscar el favor divino; cuidar de que los soldados tengan suficientes provisiones; convencerse de que la táctica es sólo una parte del arte de la guerra; cuidar la salud de los soldados; buscar el celo, la disciplina y la amistad de los soldados. Consejos para adquirir ventaja sobre los enemigos: ser tramposo; actuar por sorpresa; inventar nuevos ardides; saber actuar en cada situación; no actuar en contra de los presagios.
Libro II
  • Ciro atraviesa la frontera meda. Recuento de las tropas de ambos bandos. Discurso de Ciro a sus soldados y ejercicios preparatorios. Vida comunitaria en las tiendas (igualdad de trato, conocimiento mutuo).
  • Charlas durante las cenas en la tienda de Ciro: relato del comensal insatisfecho; relato del soldado excesivamente celoso de su deber; sobre el reparto de honores.
  • Continúa la decisión sobre el reparto de honores. Entrenamiento con cañas y bolas de tierra; maniobras vistosas.
  • Embajada de parte del rey indio, anunciando que, entre medos y asirios, elegirá situarse del lado ofendido. Ciro proyecta atacar a los armenios, rebeldes del poder medo. {En realidad, la campaña contra Armenia ocurrió en tiempos de Darío I}. Simulando estar de caza, logra cercar a su rey.
Libro III
  •  El rey armenio comienza a reunir tropas, pero decide huir al ser advertido de la presencia de Ciro. Sin embargo, es rodeado y obligado a rendirse. Juicio del rey armenio; su hijo, Tigranes, lo salva con argumentos sofísticos, y Ciro muestra su magnanimidad, convirtiéndolo de nuevo en aliado.
  • Ciro marcha contra los caldeos, enemigos de los armenios. Toma de las cumbres donde se refugiaban. Buen trato de Ciro a los prisioneros. Paz entre caldeos y armenios.
  • Ciro parte de Armenia con su ejército y todas las nuevas tropas reclutadas entre armenios y caldeos. Discurso a Ciaxares expresando el deseo de combatir. Invasión del territorio y avance hacia el enemigo. Diferencias tácticas entre Ciro y su tío Ciaxares. Recomendaciones de Ciro a sus tropas. Carga contra el parapeto de los asirios, que huyen ante el avance.
Libro IV
  • Ciro da las gracias a los dioses y recompensa a sus soldados. Muerto el rey asirio, sus hombres y aliados abandonan el campamento. Ciro propone perseguirlos, pero Ciaxares sólo permite que marche con voluntarios.
  • Los hircanios se pasan a Ciro. Éste persigue al enemigo sólo con sus hombres y algunos voluntarios medos, además de los propios hircanios, que participan en la derrota de los asirios, llevada a cabo tomando por sorpresa su campamento. Discurso de Ciro sobre el reparto del botín; aprobación de Histaspas.
  • Los medos, sin embargo, saquean el campamento asirio, mientras los persas observan. Ciro proyecta (y consigue) una caballería persa, ya que su ejército se encuentra minimizado frente a los medos de Ciaxares.
  • Regreso de las caballerías meda e hircania, con información y prisioneros. Ciro ofrece a los prisioneros la libertad, bajo un uevo gobierno.
  • Ciro envía un mensajero a Persia para pedir un ejército. Recelos de Ciaxares, que envía un mensajero para exigir el regreso de su caballería.
  • Se acoge al anciano Gobrias, uno de los desertores de los asirios.

Iseo: Contra Jeneneto, sobre la herencia de Aristarco

Aristarco de Sipaleto, casado con la hija de Jeneneto, tuvo dos hijos y dos hijas. El mayor, Cirónidas, fue dado en adopción a su abuelo materno, de modo que a la muerte de Aristarco fue el otro hijo, Demócares, quien debía suceder a su padre. Pero murió antes de alcanzar la mayoría de edad y, muerta también una de las hijas, según la ley la otra debía contraer matrimonio con el pariente paterno más próximo que la reclamara (de esta forma, las propiedades quedaban dentro de la familia).

Este papel correspondía a Aristómenes, hermano de su padre, o al hijo de éste, Apolodoro, mas ninguno reclamó la mano (y la fortuna) de la mujer, sino que Aristómenes, en su condición de tutor, la entregó en matrimonio a alguien ajeno a la familia, y otorgó la herencia a Cirónidas, a quien casó con su propia hija. De este matrimonio nacieron Aristarco (II) y Jeneneto (II). El primero, a la muerte de Cirónidas, fue dado en adopción póstuma a Aristarco, en parte para evitar que la casa quedara desierta, en parte para que Aristarco (II) recibiera la fortuna de su abuelo natural.

Muerto también Aristarco (II) sin descendencia (probablemente en la Guerra de Tebas -378-371 aC-, pero podría ser la guerra social -355 aC-), deja en su testamento como heredero a su hermano Jeneneto (II). En ese momento, con mucho retraso, se presenta ante los tribunales la parte de la familia que, según el orador, ha resultado agraviada: el hijo de la mujer entregada a un extraño por Aristómenes, que alega su derecho a la herencia de Aristarco como su nieto natural.


Iseo podría presentar diversos argumentos para que el orador reclamase la fortuna: la forma en que fue tratada su madre y desposeída de la herencia, la adjudicación de ésta a Cirónidas contra todo derecho, la adopción póstuma de Aristarco (II), el testamento ilegal de éste (pues un hijo adoptivo no puede disponer de su fortuna por testamento). Sin embargo, el texto impugna fundamentalmente la adopción póstuma de su primo Aristarco (II), pues, si su abuelo Aristarco murió dejando un hijo legítimo, y éste murió siendo menor de edad, no hubo forma de que ninguno dispusiera semejante adopción. En consecuencia, Aristarco (II) no tenía derecho sobre la herencia, ni tenía derecho a dejarla en testamento.

El orador intenta justificar el retraso con que ha presentado la demanda y demostrar que la herencia estaba libre de deudas, que es lo que alegan sus adversarios: sólo la ambición ha movido a sus oponentes, y la adopción no fue en absoluto un acto de generosidad o piedad.

Jenofonte: Ciropedia, introducción

El título de este libro, Educación de Ciro, se ciñe únicamente al libro I, ya que el resto tienen por objeto presentar el ideal de caballero y soberano a partir del ejemplo de la vida de Ciro el Grande. Ya el proemio establece tres aspectos fundamentales sobre el gobernante: linaje, cualidades naturales y educación. El autor se compromete a representar el devenir de su héroe (libro I), y luego su modo de actuar, entendido como producto de ese devenir (libros II-VIII). La obra es una asistemática summa de las ideas de su autor sobre educación, caza, equitación, política, moral y arte militar, que el propio Jenofonte había plasmado o iba a expresar más sistemáticamente en tratados especializados. Mediante todo ello, el autor va trazando las cualidades del soberano ideal: piedad, justicia, respeto, generosidad, dulzura en el trato, obediencia y autodominio.

La fecha de composición de la obra es discutida, pero la hipótesis más probable supone que se escribió antes del ascenso al trono de Artajerjes III (358 aC), y después de la muerte del espartano Agesilao (lo que ocurrió en 360 aC). Ciertos datos nos permiten suponer que iniciaría la obra poco después del regreso de Agesilao a Asia (365 aC), y que se encontraba en el libro VI hacia el 361 aC (pues a partir de él comienzan a aparecer resonancias de la revuelta de las provincias orientales y de la campaña egipcia de Agesilao).

La acción de la obra se desarrolla en Persia, lo cual no es accidental: Jenofonte marchó con la expedición de los Diez Mil, y obtuvo también otros datos sobre la región en sus lecturas de Heródoto. El elemento persa está presente en la obra, atestiguado por los nombres de los personajes y las alusiones a sus armas, vestimentas y costumbres. Sin embargo, estos elementos parecen destinados a crear una ambientación decorativa para un relato preeminentemente griego. Por ejemplo, aparecen elementos espartanos situados en este contexto: el consejo del Rey toma la forma de la Gerousía, la educación de los niños está calcada de la espartana, etc.

En cuanto a sus fuentes más directas, la obra de Jenofonte parece estar relacionada con la Ciro de Antístenes, pues aparecen algunas ideas cínicas de este filósofo (como la conveniencia de la autosuficiencia o la exaltación del esfuerzo). Más seguras son la Persiká de Ctesias (el médico de Artajerjes II) y la obra de Heródoto, aunque Jenofonte se aparta de sus fuentes en ocasiones, generalmente tratando de perfeccionar la imagen de Ciro. En otras ocasiones, el Ciro reflejado en la obra parece un discípulo de Sócrates, particularmente cuando habla de la inmortalidad del alma o de la virtud. Aunque coincide con la República de Platón en algunos detalles (la manifestación divina del alma durante el sueño, la idea del mayor arrojo del soldado en la defensa de lo que aprecia, los símiles del pastor-rey y de la colmena), las diferencias son mayores (en Jenofonte encontramos un aspecto más práctico de la educación del futuro gobernante, distanciamiento de la mujer y ensalzamiento del amor conyugal, respeto a los hijos y al amor filial). Al mismo tiempo, Platón pareció responderle en Leyes, al criticar la educación persa (dirigida por mujeres, al encontrarse los varones en la guerra), aunque coincidiera en la conveniencia de la caza como preparación para la guerra o al constatar la incapacidad de los sucesores de Ciro. Las ideas fundamentales de las obras de Isócrates A Nicocles y Evágoras coinciden con la Ciropedia, particularmente en la tipificación de los deberes del buen gobernante. En todos ellos se elogia a un personaje idealizado, cuya vida resulta ser la realización de unos principios morales básicos. Jenofonte parece desarrollar estas ideas, mejorando el modelo y procediendo con mayor libertad.

Su influencia en la literatura posterior fue enorme. Existe la posibilidad de que sus pasajes anovelados puedan haber servido de modelo para la novela, género que florecerá desde el siglo I aC, pero es su ideología lo que verdaderamente motivó su trascendencia: el cinismo le debe la imagen del soberano ideal, el estoicismo sintió una especial predilección por Jenofonte, y los Ptolomeos usaron las virtudes del gobernante para justificar su autoridad. Su influencia llegó a Cicerón, Escipión y Séneca, e incluso Maquiavelo recoge muchas de sus ideas.

Dejamos para dos entradas posteriores el resumen de esta obra, separando los libros en dos grupos: I-IV y V-VIII.

Platón: Filebo

Diálogo de la última época de Platón, que trata sobre el placer, el intelecto y su relación con el bien.

Su comienzo se produce in media res, cuando ha concluido un primer enfrentamiento entre Sócrates y Filebo a propósito del mismo tema que va a tratar el diálogo. Entra entonces en escena Protarco para sustituir a Filebo, cansado de repetir su postura (que sería, al parecer, un hedonismo acérrimo). Al mismo tiempo, y aunque el diálogo concluye positivamente (dejando establecida la jerarquía de los elementos de la buena vida), la conversación supuesta no concluye, aunque no se muestra ya al lector.

La lengua de esta obra, a diferencia de otros diálogos de madurez, es áspera y roma, y se mezclan en ella la lengua cotidiana y la técnica. Aparecen frecuentes comparaciones, metáforas poco atrevidas y bromitas o chistes tontorrones, y al mismo tiempo definiciones precisas y técnicas, así como clasificaciones rigurosamente trazadas.


A continuación presentamos el resumen de esta obra, señalando los epígrafes de los manuscritos (que van del 11 al 67).

  • 11-12c - Introducción:  Se resumen las opiniones de Sócrates y Filebo. El primero sostiene como componente de la vida buena la primacía de la inteligencia, la prudencia y la memoria; el segundo da mayor importancia al placer, el gozo y el disfrute. Protarco debe defender esta última causa en sustitución de Filebo.
  • 12d-16a - Sócrates comienza la clasificación de los placeres, al advertir que no todos son iguales, y que de hecho pueden ser opuestos (como sucede con el blanco y el negro, a pesar de que ambos sean colores): algunos placeres son perjudiciales, con lo que placer no siempre es igual a bien.
  • 16b-20c - Se plantea el método de la diaíresis, o definición y caracterización por divisiones sucesivas: placer y prudencia son unidades que deben ser expuestas en sus términos constituyentes. Pero este procedimiento de división queda aplazado por una inspiración de Sócrates.
  • 20d-23a - Sócrates pasa a considerar ambos elementos por separado, puesto que el bien es autosuficiente (un argumento de Lisis): qué pasaría en una vida del placer sin prudencia, o en una vida de la prudencia sin placer. Se concluye enseguida que lo preferible es tener ambos. Aún así, Sócrates sigue dispuesto a defender que el intelecto se halla por delante del placer en lo que una vida de bien se refiere, y trata así de ganar un «segundo premio» con su postura.
  • 23b-36b - Se inicia de nuevo el método de la división, proponiendo Sócrates cuatro clases: lo ilimitado (definido como lo que acepta una gradación en cantidad {caliente, fuerte}), el límite (definido como lo que acepta calificaciones numéricas {igual, doble}), la mezcla de ambos (o lo generado por ellos), y la causa de esta mezcla (o lo que la genera). Entonces se establece que el intelecto es ordenado y causa la regulación en el universo lo mismo que en las personas, y que el placer y el dolor no proceden del propio cuerpo, sino del recuerdo (de ellos o de sus contrarios) que reside en el alma.
  • 36c-59d - Luego se comienza una clasificación de placeres en verdaderos y falsos, pero fracasa puesto que el propio placer no puede ser falso (aunque sí la opinión que lo ha formado). Trata también los casos en que el placer y el dolor se mezclan, así como las sensaciones puras. Del mismo modo, realiza la diaíresis de las ciencias, separándolas en técnicas o culturales, imprecisas o exactas, etc, y valorando sobre el resto la dialéctica, cuyo objeto es lo verdaderamente real.
  • 59e-67 - Conclusión: Se realiza una recapitulación de todos los temas tratados hasta este punto. A continuación Sócrates propone buscar qué proporción de placer e intelecto es la ideal. Dividiendo el bien en belleza, verdad y proporción, y relacionando éstos con la prudencia y el intelecto, llega al resultado deseado. Lo primero para una vida de bien es lo mesurado y oportuno; en segundo lugar lo relativo a la proporción, lo perfecto; en tercero el intelecto y la prudencia; en cuarto las técnicas y ciencias; y en quinto los placeres puros, exentos de dolor.

Jenofonte: Helénicas (III)

Completamos el resumen de esta obra histórica de Jenofonte, cuyo análisis pueden ver junto al epítome de los libros I y II. Como en las anteriores ocasiones, separamos los epígrafes de los diferentes libros.

Libro V
Refiere los acontecimientos de los años 389-375 aC, deteniéndose especialmente en las luchas entre lacedemonios y atenienses por la isla de Egina, la campaña y la paz de Antálcidas, el asedio de Mantinea y Fliunte, las campañas contra Olinto, la toma de la acrópolis de Tebas y posterior rendición de la guarnición lacedemonia, las expediciones anuales de Esparta contra Tebas y los enfrentamientos navales de atenienses y macedonios.
  • Eteónito, desde Egina, envía piratas voluntarios para saquear el Ática. Los atenienses envían a su vez a los hoplitas y a la flota contra Egina, construyendo una fortificación. Teleutias logra rechazar a la flota, pero Pánfilo, el estratego ateniense, conserva la fortificación. De poco sirve, pues meses después deben abandonarla. Hiérax sustituye a Teleutias, y marcha a Rodas. Es enviado entonces a Egina el navarco lacedemonio Antálcidas, que marcha a Éfeso. Por parte de Atenas, Cabrias se detiene en Egina en su marcha hacia Chipre (para ayudar a Evágoras) y logra una gran victoria que devuelve a Atenas la ventaja sobre el mar. Teleutias regresa como navarco, arenga a las tropas y ataca el Pireo por sorpresa, tomando muchas naves. Antálcidas domina el mar, impidiendo a las naves del Ponto regresar a Atenas con los suministros habituales. Como la situación es similar a la que dio fin a la Guerra del Peloponeso, cuando Tiribazo llama a aquéllos que deseen firmar la paz, todos acuden gustosos: se firma la paz de Antálcidas, que supone liberar los tebanos las ciudades beocias, pasar a poder persa las ciudades de Asia, y devolver los argivos el control de Corinto a sus ciudadanos.
  • Los lacedemonios declaran terminada la tregua de treinta años con Mantinea, y como estos ayudaran a sus enemigos, les piden derruir sus murallas. Ante su negativa, Agesilao acude y los sitia con un foso y un muro circulares. Luego, construyendo un dique en el río que atravesaba la ciudad, logra debilitar la muralla, y los mantineos se rinden y son divididos en cuatro aldeas, como vivían antiguamente. Los desterrados de Fliunte regresan a sus casas. {En este punto, la narración parece saltar los años 384 y 383 aC, sin referencia alguna}. Los de Apolonia y Acanto envían una embajada a Esparta, solicitando su presencia en la región de Macedonia para combatir a Olinto. Eudámidas es enviado allí, se atrae Potidea y comienza las luchas usándola como base. Fébidas, hermano de Eudámidas, toma la acrópolis de Tebas, convencido por Leontíades, líder de uno de los partidos oligárquicos que se disputaban el control de la ciudad. Teleutias es enviado también contra Olinto, y logra una victoria frente a sus murallas, antes de retirarse para el invierno.
  • Los olintios lanzan una incursión contra Apolonia, pero Derdas, jefe de Elimia y aliado de Teleutias, los hace huir y los persigue. Teleutias vuelve a atacar Olinto, pero esta vez la caballería enemiga logra causarle estragos, y muere allí. Sus tropas se desorganizan y huyen. Esparta vuelve a enviar tropas, esta vez a cargo del rey Agesípolis. Éste, al no encontrar resistencia, devasta el territorio olintio y ataca a sus aliados; sin embargo contrae unas fiebres repentinas y muere. Es enviado para sustituirle el harmoste Polibíades, que obliga a los olintios a firmar la paz. El otro rey espartano, Agesilao, marcha a Fliunte, donde los regresados están siendo tratados injustamente; sus tropas invaden el territorio y sitian la ciudad, que se rinde cuando se acaban sus suministros.
  • Fílidas, secretario de los polemarcos de Tebas, lidera una conjuración para acabar con Leontíades y su gobierno, cerca la acrópolis (que estaba tomada por lacedemonios) y con ayuda de algunos atenienses la recupera para su ciudad. Los espartanos envían entonces una expedición mandada por Cleómbroto que, aunque regresa sin causar excesivos destrozos, da muestra de su poder. En Atenas se juzga a los dos estrategos cómplices de la revuelta de Tebas, ejecutando a uno y exiliando al otro. Los tebanos traman un ardid para que Atenas entre en la guerra contra Esparta: sobornan a Esfodrias, harmoste de Tespias (aliada lacedemonia) para atacar el Ática. Esparta marcha a la guerra, esta vez con Agesilao al frente. Encuentra resistencia, aunque logra arrasar buena parte del territorio tebano, retirándose a Tespias y amurallándola. Durante el invierno regresa a la patria, dejando a Fébidas como harmoste de Tespias; éste acosa a los tebanos con bandas de ladrones, y con los peltastas cuando marchaban contra la ciudad. Sin embargo, cierto día acorrala a una unidad de jinetes tebanos y éstos, luchando sin salida, lo matan y logran hacer huir a las tropas. Al llegar la primavera, Agesilao vuelve a dirigir la expedición a Tebas, y engaña a sus enemigos con el movimiento de las tropas; por segundo año, los tebanos quedan sin cosechas. Esparta equipa sesenta trirremes y envía a Polis como su navarco, para interrumpir el envío de trigo a Atenas; los atenienses envían a Cabrias, que logra vencer en la batalla naval de Naxos. Después, envían a Timoteo con sesenta naves para transportar un ejército a Lacedemonia, de tal forma que los espartanos no puedan regresar contra Tebas. Timoteo somete Corcira, y a continuación vence a Nicóloco, el audaz navarco lacedemonio.

Libro VI
Refiere los acontecimientos de los años 375-370 aC, incluyendo la historia de Tesalia con la intervención de Jasón expuesta por Polidamante, las expediciones de lacedemonios y atenienses a Corcira, la paz entre Atenas y Esparta, la batalla de Leuctra, la reconstrucción de Mantinea, la organización de la liga arcadia, la expedición de Agesilao a Mantinea, la invasión de Lacedemonia por parte de los tebanos y sus aliados, la embajada espartana enviada a Atenas y la ayuda prestada por Ifícrates.
  • Los tebanos, tras reconstituir la liga beocia sometiendo sus ciudades, efectúan una campaña contra Fócide. Es enviado el rey espartano Cleómbroto para hacerles frente. Polidamante de Fársalo se presenta ante la asamblea espartana para contar los planes del ambicioso Jasón de Feras, que desde Tesalia piensa controlar toda la Hélade, e incluso Asia. Los lacedemonios no pueden enviar ayuda, pues tienen varios frentes abiertos, así que Polidamante realiza lo que le pidió Jasón: convence a la ciudad de Fársalo de abandonar la alianza y designar soberano de Tesalia a Jasón.
  • Los atenienses, viendo el poder de Tebas y su propio agobio, firmaron la paz con Esparta. Sin embargo, tiempo después, ante las quejas de los zacintios, los lacedemonios envían una expedición contra Corcira (en poder de los atenienses), con Mnasipo como navarco. Los atenienses envían a Ifícrates como jefe de su flota (deponiendo a Timoteo), para intentar romper el sitio de Corcira. Viendo Mnasipo que los corcireos lo pasan mal, relaja la vigilancia y licencia a algunos mercenarios. Los de la ciudad logran realizar una dañina salida y lograron matar a Mnasipo. Hipérmenes, secretario de éste, salva parte del botín y de los esclavos y ordena zarpar al ejército. Ifícrates llega a Corcira, en cuya proximidad captura una flota siracusana, luego pasó a Acarnania para luchar junto a las ciudades aliadas, y fue a Cefalenia para recaudar dinero.
  • Los atenienses siguen sin ver con buenos ojos la política amenazante de Tebas (como la destrucción de Platea y Tespias), así que envían de nuevo embajadores a Esparta. Realizan los discursos Calias, Autocles y Calístrato y se firma la paz, dejando independientes a las ciudades.
  • Cleómbroto, al observar que los tebanos no cumplen lo acordado, avanza hacia Beocia, llegando a Leuctra. Un contingente tebano les hace frente, y sobreviene la batalla. La caballería lacedemonia, más floja, es rechaza enseguida por la tebana; las tropas a pie luchan en formación muy cerrada y también vencen a los hoplitas espartanos. Cuando se conoce la noticia, en Esparta se reclutan nuevas tropas (hasta los hombres de 60 años), y junto a sus aliados montan un nuevo contingente. Los tebanos envían un mensajero a los atenienses, que lo ignoran, y a Jasón de Feras, que marcha a Beocia con intención de ayudarlos. Al regresar a Tesalia tras insistir en la necesidad de una tregua, es muerto por siete jóvenes. Sus hermanos Polidoro y Polifrón se constituyen en soberanos tesalios. Al parecer, poco más tarde Polifrón mata a su hermano y gobierna como un tirano. Más adelante lo asesina a su vez Alejandro, y a éste los hermanos de su mujer, quedando en el gobierno Tisífono.
  • Los mantineos se reúnen y deciden unificar la ciudad y amurallarla. Mientras tanto, en Tegea se sufren las luchas entre diversos bandos políticos. Como consecuencia, Esparta moviliza tropas al mando de Agesilao, que se dirige a Arcadia. Saquea los campos de Mantinea y, ya en invierno, licencia al ejército y regresa a su patria. Los tebanos y los arcadios, junto a sus aliados, invaden Laconia, y aunque no atacan la ciudad de Esparta devastan el territorio. Los embajadores lacedemonios en Atenas reclaman su ayuda, y los discursos de Clíteles y Procles les convencen. Ifícrates marcha al frente de las tropas, aunque con la caída del invierno ya los tebanos y arcadios se retiran.

Libro VII
Refiere los acontecimientos de los años 369-362 aC: la alianza entre Esparta y Atenas, la influencia de Licomedes en la Confederación Arcadia, las gestiones de paz de Pelópidas en Persia, la historia de Eufrón, la alianza entre arcadios y atenienses, la actuación de Corinto, las luchas entre arcadios y eleos con la intervención lacedemonia en Cromno, las disensiones de la Confederación Arcadia, la invasión del Peloponeso por Epaminondas, la marcha contra Esparta y la batalla de Mantinea.
  • La alianza entre Atenas y Esparta se lleva abuen término, acordándose turnarse en el mando de los ejércitos en el mar y en tierra cada cinco días. Los tebanos logran penetrar de nuevo en el Peloponeso, atacando Sición, Pelene y Epidauro, y sufren un descalabro junto las murallas de Corinto. Llegan las tropas enviadas por Dionisio de Siracusa para ayudar a los lacedemonios. Compuestas principalmente por jinetes celtas e íberos, acosan al ejército tebano con sus jabalinas, hasta que finalmente les obligan a regresar a su patria. Luego estas tropas siracusanas vencen a los sicionios y toman la fortaleza de Deras, antes de volver a casa. Licomedes convence a lso arcadios de que son mejores al resto de griegos, pues gracias a ellos vencieron los lacedemonios a Atenas, y ahora gracias a ellos crece Tebas. Tanto los tebanos como los eleos se vuelven recelosos. Por segundo año los lacedemonios reciben ayuda de Siracusa, y Arquidamo toma Carias, saquea el territorio de Arcadia, y vence a un gran contingente. Los tebanos creen que ganaran la hegemonía en la Hélade poniendo de su lado al rey persa, así que envían una embajada liderada por Pelópidas. Éste consigue que el rey exija que los lacedemonios liberen Mesenia y que los atenienses varen sus naves, pero cuando regresa a su patria sus aliados no desean jurar las cláusulas. Eufrón logra convencer a sus aliados argivos y arcadios para colocarse al frente del gobierno de Sición, donde actúa como un tirano.
  • Fliunte, a pesar de estar acosada por argivos y sicionios, aguanta firme en su alianza. Los arcadios y eleos tratan de tomar la ciudad con la ayuda de unos traidores, pero son rechazados. Al año siguiente lo ataques continúan, y el ateniense Cares, con su ejército mercenario, les ayuda a arrebatar víveres a sus enemigos.
  • Eneas, estratego de los arcadios, marcha a la acrópolis de Sición y reúne a los principales, mandando llamar a los desterrados. Eufrón, atemorizado, se refugia en el puerto y lo entrega a los lacedemonios, asegurando que nunca dejó de serles leal. Tiempo después, perdido también el puerto, Eufrón regresa a la ciudad con un ejército mercenario de atenienses, dominándola salvo la acrópolis, en manos tebanas. Marcha entonces a tratar con Tebas, pero algunos de los desterrados de Sición, enterados de su plan, lo degüellan.
  • Los arcadios y los atenienses firman una alianza mutua. Los corintios, prevenidos, expulsan a los atenienses de todas sus plazas, e inician conversaciones de paz con los tebanos. Los lacedemonios permiten que los aliados que lo deseen abandonen la guerra también. Los eleos toman por sorpresa Lasión, pero los arcadios envían tropas para vencerles y tomar también algunas ciudades acroreas. Llegados a Élide en diversas ocasiones, únicamente logran devastar el territorio gracias en parte a la ayuda prestada por los aqueos a los eleos. Éstos piden ayuda a Esparta, para acosar Arcadia por ambos bandos. Es enviado Arquidamo, que toma Cromno; los arcadios contraatacan y sitian la ciudad. Arquidamo es herido al intentar romper el cerco. Durante las celebraciones de los juegos en Olimpia, los eleos y sus aliados aqueos atacan a los contingentes arcadios, argivos y atenienses. En la Confederación Arcadia se producen disensiones por el uso de los bienes de los santuarios.
  • Los prolacedemonios de las ciudades arcadias, los mantineos, los eleos y los aqueos deducen que los tebanos prefieren un Peloponeso lo más débil posible, para poder someter a toda la Hélade, así que envían embajadores a Atenas y Esparta. Epaminondas parte de Tebas con todos los soldados beocios, eubeos y muchos tesalios. Enterado de que Agesilao está con las tropas en Pelene, se dirigió directamente contra Esparta. Agesilao se le adelanta, pero tiene pocas tropas. Arquidamo logra vencer a la vanguardia de Epaminondas atacando desde una pendiente. Epaminondas regresa a su base de Tegea, y ordena a sus jinetes que tomen provisiones de Mantinea. La caballería ateniense, en inferioridad numérica, detiene a estas tropas para que los mantineos salven sus bienes. De regreso a su patria, Epaminondas ataca a los aliados a la altura de Mantinea. Su ofensiva da resultado y en la batalla parece romper el ala contraria, pero su muerte evita que los suyos puedan aprovecharse de ello. La guerra parece acabar sin ningún vencedor claro, y «en la Hélade hubo aún mayor indecisión y confusión después de la batalla que antes».

Iseo: Sobre la herencia de Hagnias

Hagnias, hijo de Polemón y nieto de Hagnias, partió como embajador junto al rey de Persia (probablemente en 396 aC), siendo apresado por el general lacedemonio Fárax y conducido a Esparta, donde fue condenado a muerte. Antes de su muerte había adoptado a su sobrina (hija de su hermana), pero según el orador de este discurso en su testamento había consignado también que si a ella le sucedía algo, heredara Glaucón, su hermano por parte de madre. El fallecimiento de la niña desencadenó una larga batalla legal por la fortuna.

Presentó una demanda de adjudicación Eubúlides, como primo segundo del difunto (por su padre) y también primo hermano (por su madre). Murió sin terminar el pleito, que fue continuado por su hija Filómaca. Ésta logró la nulidad del testamento presentado por Glaucón y, haciendo valer la línea paterna, logró la adjudicación. A continuación, Estracio, Estratocles y Teopompo, primos segundos del difunto, intentan una acción conjunta contra Filómaca (aunque los dos primeros mueren antes de presentar la demanda, y Teopompo continúa el proceso solo).

Filómaca pierde la fortuna ante la acusación, vertida por sus adversarios, de ilegitimidad de su abuela (también llamada Filómaca). Un cotutor del hijo de Estratocles intenta ahora una acción pública contra Teopompo (el otro cotutor del niño), acusándolo de maltrato a su pupilo, pues sostiene que ha sustraído a su sobrino la mitad de la herencia de Hagnias. El presente discurso es la defensa pronunciada por Teopompo ante el grave delito que se le imputa.


Iseo acude a la ley para demostrar que al niño no le asiste ningún derecho sobre la fortuna de Hagnias, pero lo hace eludiendo el hecho de que a su cliente le niega ese derecho la misma ley. También advierte a los jueces sobre la dudosa intención con que sus adversarios han promovido una acción pública o criminal contra Teopompo, en lugar de una acción privada y hace ver que, en lo que a los bienes propios del huérfano respecta, no ha incurrido en ninguna falta y, en lo relativo a la herencia de Hagnias, resulta inverosímil que llegara a un acuerdo con su hermano o con su sobrino para compartir la fortuna. La comparación entre el patrimonio personal del huérfano y el de Teopompo queda como última argumentación del discurso, ya que su final no ha sido conservado.

Parece ser que este discurso no cerró la lucha por la herencia de Hagnias. Contra Macártato, falsamente atribuido a Demóstenes, permite conocer los hechos posteriores: Teopompo ganó este juicio y a su muerte su herencia pasó a su hijo Macártato, pero Filómaca entregó a su hijo Eubúlides (III) en adopción póstuma a su padre (Eubúlides (II)), y así, el padre natural del niño, Sosíteo, acudió nuevamente a los tribunales reivindicando la herencia para Eubúlides (III), en su nueva condición de hijo de primo hermano del difunto.

Jenofonte: Helénicas (II)

Cotinuamos el epítome de esta obra de Jenofonte, cuyo análisis pueden ver junto al resumen de los libros I y II. Como allí, en el presente resumen separamos los epígrafes contenidos en cada libro. Nos encargamos de los libros III-IV, dejando los otros tres para una entrada posterior.

Libro III
Refiere los acontecimientos comprendidos entre el año 401 y el 395 aC. Ocupan lugar preferente las campañas de Tibrón y Dercílidas en Asia Menor contra Tisafernes y Farnabazo, la muerte de Agis y la elección de Agesilao, las campañas de Esparta contra Élide, la conspiración de Cinadón, el envío de Agesilao y Lisandro a Asia Menor, la batalla del río Pactolo y la ejecución de Tisafernes, y la coalición contra Lacedemonia y las consiguientes maniobras tebanas.
  • Ciro solicita el apoyo de Esparta, y se envía a Samio como navarca. Al costear Cilicia, Ciro logra que no puedan hacerle frente al marchar contra su hermano (lo cual se cuenta en la Anábasis). El rey persa envía a Tisafernes a ocuparse de las ciudades jonias, que piden ayuda a Lacedemonia. Es enviado el harmoste Tibrón con un fuerte contingente de tropas, y cuando regresan los supervivientes de la expedición de Ciro y se unen a él, toma diversas ciudades. Sin embargo, al no poder hacerse con Larisa, es enviado a Caria, donde lo sustituye al frente del ejército Dercílidas. Éste, percibiendo que Tisafernes y Farnabazo no congenian entre ellos, pacta con el primero y ataca únicamente al segundo. Digresión sobre el gobierno de Mania en Eólide, y su asesinato por parte de su yerno, Midias. Las ciudades de la costa, Larisa, Hamáxito y Colonas, se entregan a Dercílidas. Cebrén acaba abriendo las puertas tras un corto asedio. Midias, desconfiando de la lealtad de sus propios ciudadanos, envía mensajeros a Dercílidas y pacta con él. Mas Dercílidas se aprovecha de su servicio, y le arrebata sus posesiones.
  • Dercílidas envía mensajeros a Farnabazo, y se forja una tregua durante el invierno. Dercílidas pasa a Bitinia, donde obtiene víveres del saqueo. Al comienzo de la primavera llega a Lámpsaco, y se encuentra con los enviados de su patria. Mantenido en el puesto y refrendada la tregua con Farnabazo, Dercílidas viaja hasta el Quersoneso, donde amuralla el istmo para proteger las ciudades griegas de los ataques tracios. De nuevo en Asia, marcha hacia la ciudad de Atarneo, tomada por unos desterrados de Quíos que vivían del saqueo de Jonia, y se hace con ella tras ocho meses de sitio. A continuación los éforos lacedemonios le dictan pasar a Caria, pues las ciudades jonias creen que Tisafernes las dejará libres si esta región es asolada. Se encuentra con los ejércitos de Farnabazo y Tisafernes, y aunque el primero desea luchar, Tisafernes no ha olvidado la derrota sufrida a manos de los griegos de Ciro, y envía delegados a Dercílidas, con lo que no se llega al combate. Mientras tanto, en el Peloponeso, los lacedemonios, enojados con los eleos por su antigua alianza con atenienses, argivos y mantineos, envían embajadores a Élide para exigirles la liberación de las ciudades vecinas. Ante su negativa, los éforos espartanos envían a Agis, que saquea la región, haciéndose con numerosos esclavos y provisiones. Después de que Lisipo quede al mando de una guarnición y saquee la región durante el año siguiente, los eleos consienten en derribar las murallas y entregar las ciudades.
  • El rey Agis, ya anciano, cae enfermo y muere. Es nombrado rey su hermano Agesilao, aunque Leotíquides decía ser hijo de Agis. Se descubre una conspiración contra la clase dirigente, los espartiatas, promovida por Cinadón, y es detenida a tiempo.
  • Herodas, un siracusano, avisa a los lacedemonios de que Tisafernes y el rey persa parecen estar preparando una flota. El rey Agesilao y Lisandro parten en una expedición, y al llegar a Éfeso reciben mensajeros de Tisafernes. La tregua es rota por el persa, que le declara la guerra al recibir refuerzos de su rey. Al no poseer caballería, Agesilao hace creer que marchará sobre Caria, pero da la vuelta y comienza a saquear Frigia, mientras da a conocer que cualquiera se librará del servicio militar si aporta un caballo, armas y un hombre apto, consiguiendo así de los ricos del lugar su unidad de caballería. Luego pasa un tiempo en Éfeso, entrenando al ejército, y finalmente marcha sobre Sardes. La caballería persa trata de frenarles en el río Pactolo, pero son vencidos. Después de tantos descalabros, el rey persa manda a Titraustes para ejecutar y sustituir a Tisafernes, haciendo tregua con Agesilao, que se retira a Frigia.
  • Titraustes envía al rodio Timócrates con sobornos para los griegos que pudieran situarse contra Lacedemonia, y éste encontró aliados en Tebas, Corinto y Argos. Los tebanos aprovechan las disputas entre locrios y focidios para que se declare la guerra contra Esparta. Tebas envía una embajada a Atenas, y se firma un tratado de alianza defensiva entre ambas. Lisandro, con el ejército focidio, no esperó al rey Pausanias y atacó Haliarto, donde fue muerto por los tebanos. Al llegar Pausanias y comprobar su falta de tropas, decide recoger los cadáveres de Lisandro y los suyos bajo tregua, para lo que los tebanos le exigen su retirada. Al llegar a su patria, Pausanias fue condenado a muerte; huyó a Tegea, donde moriría de enfermedad años más tarde.
Libro IV
Comprende los acontemientos de los años 395-388 aC. Sobresalen la continuación de la campaña de Agesilao, las batallas de Nemea, Cnido y Coronea, las operaciones en el Istmo y la intervención de Ifícrates, la invasión de Acarnania por aqueos y lacedemonios, el ataque lacedemonio a Argos, las campañas de Farnabazo, Conón, Trasibulo e Ifícrates por un lado, y por otro de Dercílidas, Antálcidas, Tibrón y Anaxibio.
  • Agesilao logra una alianza con Otis, líder en Paflagonia, y se hacen planes para una boda entre éste y la hija de Espitrídates. Agesilao pasa el invierno en Dascilio, donde algunos de sus soldados son sorprendidos por Farnabazo mientras tomaban víveres. Herípidas, uno de los treinta espartiatas que acompañaban a Agesilao, solicita liderar el ataque contra el campamento de Farnabazo. Logra su objetivo y toma los bienes. Mas Espitrídates y los paflagonios se sintieron ofendidos al serles arrebatadas sus capturas, y desertaron. Tiene lugar un encuentro amistoso entre Farnabazo y Agesilao, propiciado por Apolófanes, pero no se llega a un acuerdo (aunque Agesilao promete no enfrentarse a Farnabazo, si le es posible tomar otro enemigo).
  • Mientras tanto, en Lacedemonia comienzan los preparativos para enfrentarse a las ciudades alzadas contra su poder, y reclaman la presencia de Agesilao. Éste convence a los líderes aliados para que continúen ayudándole, prometiéndoles que luego regresará a Asia. El mando lacedemonio corre a cargo de Aristodemo, familiar de Pausanias, puesto que el hijo de éste era todavía un niño. Al avanzar hacia el norte, se encuentra con los corintios y sus aliados en Nemea, donde tiene lugar una importante batalla. A pesar de que la mayor parte de los aliados lacedemonios son superados por sus contrarios, un error de los tebanos provoca que los atenienses sean rodeados y vencidos por los espartanos, que pueden entonces sorprender a diferentes contingentes. Los aliados se refugian cerca de las murallas, y los lacedemonios elevan el trofeo.
  • Agesilao, avisado de la victoria por Dercílidas, marcha hacia Tesalia, donde es acosado por su caballería. Sin embargo, logra hacer que huyan y toma prisioneros. Le llegan noticias de que la flota de Pisandro ha sido derrotada cerca de Cnido, pero Agesilao informa únicamente de la muerte del navarca, anunciando una victoria. En la llanura de Coronea se enfrentan los lacedemonios contra los tebanos y sus aliados, resultando en una nueva victoria de Agesilao, quien resulta herido.
  • El ejército se licencia, y Agesilao regresa por mar a su patria. La guerra sigue adelante, y los corintios, al ver su tierra devastada, comienzan a pensar en la paz con los laconios. Entonces sus aliados traman una matanza, realizada en el ágora de un día festivo. Viendo su ciudad tomada por un gobierno argivo, un par de corintios deciden comunicar a la guarnición lacedemonia de Sición que podrán facilitar la entrada de tropas por la muralla que se extendía entre la ciudad y su puerto. De esta forma, y tras una dura lucha, los lacedemonios obtienen un paso hacia el norte. Ifícrates asola la región de Fliunte, y los de la ciudad solicitan la presencia de los lacedemonios. Los atenienses aprovechan para reconstruir los «muros largos» de Corinto; mas Agesilao, tras devastar el territorio argivo, los toma por tierra mientras su hermano Teleutias asedia los arsenales con doce trirremes.
  • Agesilao logra que se rindan algunas guarniciones de Corinto, pero la compañía de Amiclas sufre un descalabro, cayendo contra los peltastas de Ifícrates.
  • Los aqueos de Calidón solicitan ayuda a los lacedemonios contra los acarnanios, y los éforos envían a Agesilao. Éste avanza sobre Acarnania, devastando la región y venciendo cuando es acosado por sus enemigos. Al llegar el invierno se marcha, aunque los aqueos le recriminan que no haya tomado ninguna ciudad.
  • Al llegar el buen tiempo, Agesilao acude otra vez a Acarnania, y sus ciudadanos firmaron la paz con los aqueos y una alianza con los lacedemonios. Poco después, Agesípolis (el hijo de Pausanias) dirige una expedición contra Argos, devastando la región hasta alcanzar la ciudad.
  • Tras la batalla de Cnido, Conón y Farnabazo, al comprobar que las ciudades de Abido y Sesto seguían siendo aliadas de los lacedemonios gracias a Dercílidas, avanzan contra ellas. Conón bloquea el paso por mar y Farnabazo devasta el territorio abideno, aunque nada consiguen. Al año siguiente marchan con la flota para atacar las islas prolaconias, y Conón logra que Farnabazo le dé dinero para reconstruir los Muros Largos de Atenas y las murallas del Pireo. Los lacedemonios envían a Antálcidas ante Tiribazo, para que solicite la paz ante el rey persa (de tal forma que Farnabazo no pueda continuar apoyando a Atenas y el resto de sus enemigos), pero también los aliados envían embajadores. No se llega a un acuerdo, pero Tiribazo da dinero a Antálcidas secretamente, y detiene a Conón. Tibrón saquea el territorio persa teniendo como base Éfeso, pero Estrutas, enviado del rey, le sorprende en un avanza y logra darle muerte. Dífridas, más ordenado, es enviado para sustituir a Tibrón, y una nueva flota sale de Esparta al mando de Écdico, luego sustituido por Teleutias. Trasibulo es enviado por Atenas, y logra que algunas ciudades, como Bizancio, se pasen a su bando. También vence en Lesbos, y consigue botín y nuevos aliados. Sin embargo, al llegar a Aspendo sus soldados cometen diversos atropellos, y los aspendios le atacan de noche y lo decapitan. Los atenienses envían a Agirrio para sustituirle, y a Ifícrates para hacer frente a Anaxibio, enviado por los lacedemonios a Abido. Ambos se enfrentan primero mediante expediciones de piratas, mas finalmente Ifícrates logra emboscar al ejército lacedemonio, y Anaxibio resulta muerto.

Platón: Timeo

Una de las obras más complejas de la producción platónica, debido en este caso a la dificultad conceptual. Dificultad procedente del recurso mitológico o alegórico, así como de la ausencia de aclaración alguna de algunos conceptos sobre los que se sustenta la argumentación (lo que dejaría como audiencia de la obra a los conocedores de la filosofía platónica, o más concretamente a los miembros de la Academia). No han faltado trabajos que ayuden a su lectura, como un epítome de Aristóteles (según Simplicio), un comentario de Crántor (alumno de Jenócrates en la Academia), o un fragmento traducido por Cicerón.

El diálogo pertenece a la época de vejez, y al comenzar con citas de República se le ha considerado una continuación de esta obra. Habría sido escrito hacia el 360 aC, antes que Filebo y Leyes. Por las referencias de Critias de que todos los participantes del diálogo intervendrán en la conversación, puede decirse que la obra podría formar parte de una trilogía junto con Critias y Hermócrates, pero que Platón no concluyó al dejar inacabado el Critias.

Sus personajes son Sócrates, Timeo, Critias y Hermócrates, pero el principal es Timeo, con un largo discurso que comprende casi todo el diálogo. El propio personaje advierte de que no seguirá un orden lógico en su exposición, entrelazando temas y volviendo sobre cuestiones ya tratadas. De esta forma, Platón logra crear ese efecto de conversación improvisada, incluso en una exposición continua.

La finalidad del diálogo es explicar y describir la creación del mundo y del hombre, con el fin de encontrar un estado político acorde a su naturaleza. Busca explicar las relaciones entre el mundo (macrocosmos) y el ser humano (microcosmos), y trata de dar un fundamento natural a la ética y la política.

El diálogo posee una estructura tripartita, precedida de una introducción. Éste es el resumen, señalando los epígrafes de los manuscritos (del 17 al 92):

A. Diálogo introductorio (17-27c): Sócrates hace un resumen de la conversación mantenida el día anterior en lo que concierne al estado ideal, y expresa su deseo de oír una exposición que describa el funcionamiento de un estado semejante. Critias refiere una historia que Solón había escuchado en Egipto, mostrando cómo la Atenas primordial rechazó la invasión de los atlántidas. Finalmente se distribuyen las tareas para la futura conversación: Timeo disertará acerca del cosmos y el hombre, y Critias describirá la historia de la Atenas primordial.

B. Exposición de Timeo (27d-92c).

I. Las obras de la razón (27d-47d): El discurso de Timeo avanza de lo mayor a lo menor, de lo general a lo particular, y de la unidad a la multiplicidad.
  • 27d-31b - Introducción: Timeo aclara los principios del discurso acerca de la creación. Distingue tres ámbitos: el ser eterno, el devenir que nunca es (propio del mundo sensible), y la causa del devenir (el demiurgo inteligente). El universo es caracterizado como un ser viviente dotado de razón.
  • 31c-40 - Creación de los seres vivientes eternos: Creación del mundo con un cuerpo de cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra), esférico, que gira sobre sí mismo; su alma es mezcla de lo mismo y de lo otro, y se une al cuerpo desde el centro hasta los extremos. El demiurgo crea el tiempo para que el universo sea imagen móvil de la eternidad. Creación de los cuerpos celestes, desde los siete planetas contenidos en los círculos de lo otro, hasta la tierra. Para la genealogía de los dioses, Timeo se atiene a lo narrado por los poetas (aunque con ironía, al referirse a su infalibilidad como descendientes de dioses).
  • 41-47d - Creación del ser humano: Los dioses más jóvenes crean al hombre, siendo la razón lo único que es obra del demiurgo. Se crean las almas humanas con los restos de la sustancia que había servido para crear el alma del mundo, y el demiurgo les muestra las leyes del destino, que implican su transmigración según su conducta en la vida. Se explican las diferentes partes del cuerpo teleológicamente, con la cabeza como contenedor de la parte más divina del alma, la inteligencia. De la misma forma se explican la vista y el oído.
II. La contribución de la necesidad (47e-69a): El discurso avanza de la indeterminación a la determinación.
  • 47e-52c - Introducción: La descripción debe completarse con la causalidad de la necesidad, ya que el mundo es producto de la mezcla entre ésta y la inteligencia. Se introduce el principio del receptáculo, en el que se reflejan las ideas y que, en constante cambio, adopta las distintas formas del mundo ideal.
  • 52d-61b - Los elementos: Constituidos por triángulos que dan cuenta no sólo de la diferencia, sino también de la mutación de un elemento en otro.
  • 61c-68d - Las cualidades sensibles: Los objetos poseen unas cualidad sensibles, que son percibidas por todo el cuerpo (caliente-frío, duro-blando, pesado-liviano, áspero-suave, placentero-doloroso) o por órganos especiales (sabores, olores, sonidos, colores).
  • 68e-69a - Conclusión: Es necesario reconocer dos tipos de causas: lo necesario y lo divino.
III. La mezcla de inteligencia y necesidad (69b-92c): El discurso discurre de lo superior a lo inferior.
  • 69b-69c - Introducción: El dios introduce orden y proporción, comenzando por los elementos. Tras crear el mundo y los dioses, encarga a éstos la creación del hombre.
  • 69d-90d - El hombre: Los dioses crean las partes mortales del hombre, lo irascible (en el tórax) y lo concupiscible (en el vientre). Se describen las partes del cuerpo creadas por los dioses (vientre e intestinos, huesos y médula, carne, nervios y tendones, boca, piel y pelos, uñas, y sistema circulatorio). Digresión sobre las plantas. Se describen la relación entre circulación, respiración y alimentación, y también la alimentación y la sangre, y su significación para el crecimiento, el envejecimiento y la muerte. Esta exposición desemboca en un tratamiento de las diversas enfermedades que pueden atacar el cuerpo y el alma, y propuestas terapéuticas basadas en la relación correcta entre alma y cuerpo. El apartado termina con una loa al intelecto.
  • 90e-92c - El resto de animales: Se explica el mecanismo de las leyes del destino, que provoca que el mundo se llene de animales, dado que los hombres que no han sabido respetar el orden natural son condenados a reencarnarse en un animal inferior: mujer (!!!), pájaros, cuadrúpedos, reptiles y gusanos, peces y moluscos.

Jenofonte: Helénicas (I)

Obra histórica del ateniense Jenofonte, cuyo título, común en su época, se usaba en contraposición al de Pérsica o Índica, para indicar que se centraba en el mundo griego. Comúnmente se admite que Jenofonte pretende continuar y completar la obra histórica de Tucídides, quien en su Guerra del Peloponeso había llegado hasta el año 411 aC. Sin embargo, la unión entre ambas obras no es exacta, y al no existir una introducción que nos hable de su método o su propósito, nada puede asegurarse. Jenofonte llega en su descripción histórica hasta el 362 aC, cuando sucede la gloriosa defensa espartana de Agesilao.

Casi todos los estudiosos coinciden en separar una primera parte, que correspondería a la guerra del Peloponeso (I-II 3, 9) del resto de la obra. A esa parte se le asigna como fecha probable de composición el año 390 aC, tras la campaña de Ciro y la estancia con Agesilao en Asia Menor. Existen diferencias estilísticas en el resto de la obra (aparecen caracterizaciones de personajes, diálogos, juicios del autor en primera persona, sentencias, comparaciones y sobre todo la observación de la influencia de la divinidad en el correr de la historia), que bien pueden atribuirse a la influencia de Tucídides, bien a un intento imitativo por parte de Jenofonte, o bien simplemente al tiempo transcurrido entre la escritura de las obras. Para la segunda parte ha de pensarse en años posteriores al 381 aC (se habla de la muerte de Pausanias, ocurrida ese año), incluso muy posteriores (se trata como vivo al tirano Tisífono, que gobernó Feras entre 358 y 355 aC).

Hay unanimidad al señalar que la misma vida viajera de Jenofonte es la principal fuente de información de los hechos relatados en su obra: su estancia en Atenas para los acontecimientos de la primera parte y de los Treinta; su estancia con Agesilao para lo sucedido hasta la batalla de Coronea; su permanencia en Escilunta para recabar información del lado lacedemonio; su período en Corinto para asuntos de esta polis, de Sición y de Fliunte. Algunos incluso atribuyen a esta misma causa importantes omisiones: sólo se menciona de paso la batalla naval de Cnido o la creación de la segunda liga marítima ática.

A pesar de haber sido muy leído por los antiguos, los estudiosos modernos son bastante críticos, al observar su falta de alma de investigador y su parcialidad (que le lleva a silenciar hechos importantes), a pesar de presentar un material fiel. En cuanto a su estilo, las cualidades que se le niegan como historiador le son reconocidas como escritor, alabando su claridad, sencillez, viveza del relato y agradable fluidez, sin incurrir en los excesos retóricos de los historiadores de su época. Se admite que sus discursos son más reales y adaptados a los personajes que los pronuncian que los de Tucídides, se reconoce su sentido de la situación dramática y se enumeran algunos episodios que cautivan al lector.

A continuación presentamos el resumen de los dos primeros libros, que tratan el final de la Guerra del Peloponeso, y dejamos los cinco restantes para entradas posteriores (por una parte, los libros III-IV, y por otra los libros V-VII). Cada libro se separa en sus epígrafes correspondientes.

Libro I
Refiere los acontecimientos de la guerra del Peloponeso desde el año 411/410 al 406/405 aC, localizados principalmente en Asia Menor, con las intervenciones de Alcibíades, Farnabazo, Trasilo, Ciro, Lisandro y Calicrátidas, entre otros. Se cierra con la batalla naval de las islas Arginusas y el proceso de los estrategos en Atenas.
  • Fin del año 411/410 aC, y año 410/409 aC: Enfrentamientos navales en el Helesponto. Intervención de Alcibíades, que hace huir a los peloponesios, pero es encarcelado a traición por el sátrapa Tisafernes. Consigue escapar y organiza a los atenienses. Farnabazo reconstruye la flota peloponesia. Intervienen los estrategos siracusanos, que son desterrados por el partido democrático de su patria. Rebelión en Tasos, y expulsión de los prolaconios. El rey espartano Agis se aproxima a Atenas en una expedición de aprovisionamiento; Trasilo hace salir a los atenienses y, ante la retirada lacedemonia, consigue matar a algunos de su retaguardia. Agis decide que, para lograr el bloqueo del Pireo, lo mejor es enviar mensajeros a Bizancio.
  • Año 409/408 aC: Trasilo saquea la región de Pígela, en Asia Menor, y vence a los de Mileto. Luego saquea Lidia y zarpa hacia Éfeso, donde es vencido por los de la ciudad y sus aliados, traídos por Tisafernes. Huye a Lesbos, donde consigue vencer a la flota siracusana que había luchado en Éfeso. Los prisioneros, enviados a las canteras del Pireo, horadan una ruta de escape durante el invierno. Los atenienses fortifican Lámpsaco y atacan Abido, haciendo huir a Farnabazo.
  • Año 408/407 aC: Los atenienses sitian Calcedón. Sus habitantes habían entregado sus tesoros a sus vecinos, los tracios bitinios, y Alcibíades se hace con ellos. El harmoste lacedemonio de la ciudad, Hipócrates, sale para luchar, pero antes de que acudan las tropas de ayuda de Farnabazo resulta muerto, y sus tropas vuelven a la ciudad. Se llega a un acuerdo, y Calcedón paga su tributo a la liga ático-délica (que había abandonado el 411 aC). Alcibíades toma Selimbria. Mientras Farnabazo y diversos embajadores griegos acuden al rey persa, los atenienses sitiaban Bizancio. Cuando Clearco, el harmoste lacedemonio, marcha ante Farnabazo para reunir naves y recibir la paga de sus soldados, algunos bizantinos entregaron la ciudad a los atenienses, abriendo las puertas de noche.
  • Año 407/406 aC (I): Llegada de Ciro y retención de los embajadores atenienses. Alcibíades regresa a Atenas y, habiendo sido elegido estratego, es recibido con actitudes muy dispares por parte de los ciudadanos. Luego recluta un ejército y marcha contra Andros, donde se lleva la victoria.
  • Año 407/406 aC (II): Lisandro es enviado como navarco a Asia Menor y se encuentra con Ciro, llegando a un acuerdo sobre la intervención de las tropas. Tiene lugar la batalla de Notio entre las naves de Lisandro y las de Antíoco, dejado a cargo de la armada ateniense por Alcibíades. Los atenienses, luchando de forma dispersa, son vencidos. En Atenas se produce malestar contra Alcibíades, y se eligen nuevos estrategos. Alcibíades marcha al Quersoneso con una sola nave.
  • Año 406/405 aC (I): Los lacedemonios envían a Calicrátidas a Asia Menor, sustituyendo a Lisandro. Calicrátidas comienza a preparar las naves para enfrentarse a los atenienses, pero detecta las maquinaciones de los partidarios de Lisandro (dejadez en sus servicios y nombramiento de hombres inexpertos). Molesto con Ciro por aplazar el pago de sus soldados, marcha a Mileto, donde obtiene fondos. Se dirige a Metimna, en Lesbos, defendida por una guarnición ateniense, y la toma por la fuerza. Persigue luego a Conón, refugiado en Mitilene, y tras una batalla sitia el puerto de la ciudad. Conón consigue que dos naves burlen a los sitiadores y, aunque una es atrapada, la otra logra dar el aviso en Atenas. Se envía una flota de 110 naves atenienses, y más de 40 aliadas. Calicrátidas, enterado, deja en el sitio 50 naves, y parte con 120 a su encuentro. Tiene lugar una gran batalla en las islas Arginusas, venciendo los atenienses. Una tempestad evita que pueda ayudarse a las tripulaciones de las naves hundidas. Eteónico finaliza el asedio, y Conón se reúne con los atenienses.
  • Año 406/405 aC (II): En Atenas se destituye a todos los estrategos, salvo a Conón, y los seis que regresan a la ciudad son arrestados, acusados de no ayudar a los náufragos. Se les juzga, además, a todos juntos y con la votación separada por tribus, algo no contemplado en las leyes atenienses. Son condenados a muerte, y los seis presentes son ejecutados.

Libro II
Refiere los hechos ocurridos entre el 406 y el 401 aC: la derrota ateniense en Egospótamos, el bloqueo del Pireo, la rendición de Atenas, el gobierno de los Treinta, la muerte de Terámenes, la toma de File y del Pireo por Trasibulo y la caída de la oligarquía ateniense.
  • Años 406/405 aC (III) y 405/404 aC (I): Eteónico, que había marchado a Quíos, evita que sus soldados ataquen la ciudad ante la falta de víveres, y logra más dinero de los quiotas. Ante la petición de los aliados peloponesios, se envía a Lisandro al frente de la flota, y éste se dedica a reparar las naves y pedir dinero a Ciro. Se producen diversos ataques de ambas flotas a ciudades contrarias. Lisandro y Tórax, respectivamente con la flota y con un ejército de tierra, toman Lámpsaco. Los atenienses, con 180 naves, se sitúan en Egospótamos, frente a la ciudad. Lisandro evitó el enfrentamiento directo por cuatro días, pero al quinto atacó, en el momento en que los atenienses ya habían desembarcado para buscar víveres. Conón logra escapar con nueve naves atenienses, pero el resto fueron apresadas.
  • Año 405/404 aC (II): Lisandro acude entonces al Bósforo, y hace marchar a Atenas a todo ateniense con el que se cruce, sabiendo que la acumulación de gente agravaría la falta de víveres en el Ática. En Atenas comienzan los preparativos para soportar el asedio, mientras Lisandro logra pasar a su bando a todas las ciudades de Lesbos y Eteónico hace lo mismo en Tracia. Pausanias, rey lacedemonio, acampa junto a Atenas, y Lisandro ancla la flota en el Pireo, bloqueando el puerto. Aunque los atenienses no desean derribar sus muros, se ven obligados a aceptar las propuestas lacedemonias cuando se quedan sin trigo: derribarán los Muros Largos y el Pireo, entregarán las naves salvo doce, admitirán a los desterrados y seguirán a los lacedemonios en sus acciones.
  • Año 404-403 aC En Atenas se eligen treinta personas para compilar las leyes de gobierno, lo que convierte a la ciudad en una oligarquía. Lisandro toma la ciudad de Samos, y luego regresa a Lacedemonia con todo el botín y los honores recibidos. Por su parte, el gobierno de los Treinta comienza a mostrar una actuación poco digna, deteniendo a cualquier ciudadano que se les oponga. En esta oposición destaca Terámenes, quien había apoyado la oligarquía, y sus palabras provocan que los Treinta elijan a tres mil ciudadanos para participar en los asuntos políticos, y desarmen al resto. Sin embargo, Terámenes sigue oponiéndose a las condenas a muerte, y Critias lo acusa de traición en una de las reuniones del consejo. A pesar de su defensa, en la que alega que los traidores son los propios oligarcas, al realizar acciones que ponen en su contra a toda la población, Terámenes es apresado por una conspiración de Critias, que sitúa a hombres armados alrededor de los consejeros, y es obligado a tomar la cicuta.
  • Otoño del año 403 aC, aunque se habla de acontecimientos posteriores:: Los desterrados de Atenas, al mando de Trasibulo, toman la fortificada File, y logran rechazar un primer ataque ateniense. Luego, en una salida, logran abatir a buena parte de la guarnición laconia. Como posible refugio, los Treinta acuden a Eleusis y arrestan a los ciudadanos contrarios a su facción. Trasibulo y los desterrados llegan de noche al Pireo y son atacados por los hoplitas atenienses, que son rechazados y perseguidos hasta la llanura. Los Treinta son cesados (y huyen a Eleusis) y se elige a un gobierno de diez, uno por tribu. Sin embargo, la ciudad sigue alborotada y llena de desconfianza. Los Treinta envían embajadores a Esparta; parten Lisandro como jefe del ejército de tierra y su hermano Libis como navarco, con la intención de asediar de nuevo Atenas. El rey Pausanias, envidioso de la fama de Lisandro, acude también, y protagoniza algunas escaramuzas con los del Pireo. Al mismo tiempo, logra que tanto los del Pireo como los de la ciudad le envíen embajadores y firmen finalmente la paz.