Discurso nunca pronunciado, y seguramente no escrito por Andócides, pues el orador habla de sus cuatro procesos anteriores y de sus servicios como embajador. Tampoco el estilo de esta obra, repleta de antítesis y participios concertados, que evita las palabras arcaizantes y el hiato, concuerda con el del resto de sus discursos conservados. Adjudicarlo a Andócides fue, probablemente, porque se trata en él la inmoralidad de Alcibíades, tal y como sucede en Sobre los misterios.
El discurso versa sobre una inminente votación en la que va a ser castigado con el ostracismo (el destierro del Ática por diez años) uno de estos tres políticos: bien Nicias, demócrata moderado; bien Alcibíades, demócrata radical; o bien la persona que pronuncia el discurso. Los tres han sido propuestos para esa pena, no sabemos ni cuándo ni por qué.
Por supuesto, lo primero que debe llamar la atención es que no existe un discurso de defensa ante una hipotética condena de ostracismo, cuya mecánica nos ha llegado bastante clara. Por otro lado, las fechas internas no concuerdan entre sí, pues el proceso debería ser anterior al asunto de los Hermes mutilados (en 415 aC), pero se nombra a un hijo que tuvo Alcibíades en una fecha posterior.
En cuanto a este tercer personaje, negada la autoría de Andócides, se pensó en Féax, alineado con los representantes de la oligarquía moderada, quien en 417 aC intentó deshacerse por todos los medios de Alcibíades, componiendo, según Plutarco, un discurso. Pero éste no puede corresponderse con la obra que tratamos, pues como ya hemos indicado se narran acontecimientos posteriores a esa fecha.
La solución al problema de la autoría radicó en atribuirlo a la escuela retórica de Isócrates, que hacia 396 aC escogió la figura de Alcibíades como motivo central de varios discursos, deliberativos o judiciales, destinados a la formación de futuros oradores. Otros discursos sospechosos de formar parte de este corpus son Sobre el tiro de caballos, del propio Isócrates, y dos insertos entre los de Lisias, ambos Contra Alcibíades.
El discurso es una acusación contra Alcibíades, e incluye así mismo pequeños puntos de elogio a Nicias. El preámbulo alude a la dificultad de que todos los ciudadanos dejen aparte sus orientaciones políticas para la votación (ya que, al contrario de lo que sucede en los procesos, votarán todos, y no únicamente los elegidos aleatoriamente). En cuanto a su supuesto odio hacia el vulgo y su carácter sedicioso, el orador expone que ya en cuatro ocasiones ha sido absuelto, por lo que es injusto que ahora pueda ser expulsado por esta causa. Esto le lleva a repasar la vida de Alcibíades, y no la suya: el aumento del tributo de las otras ciudades (causa de su odio) y la apropiación de fondos por lo que respecta al gobierno de la ciudad, el ultraje de su propia esposa y las maquinaciones para el asesinato de su cuñado en el plano personal. También relata diversos incidentes de su victoria en Olimpia, a fin de demostrar que la ciudad y la democracia nada significan para él. Finalmente, el discurso termina con un recordatorio de las embajadas y liturgias realizadas por el propio orador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario