Platón: Timeo

Una de las obras más complejas de la producción platónica, debido en este caso a la dificultad conceptual. Dificultad procedente del recurso mitológico o alegórico, así como de la ausencia de aclaración alguna de algunos conceptos sobre los que se sustenta la argumentación (lo que dejaría como audiencia de la obra a los conocedores de la filosofía platónica, o más concretamente a los miembros de la Academia). No han faltado trabajos que ayuden a su lectura, como un epítome de Aristóteles (según Simplicio), un comentario de Crántor (alumno de Jenócrates en la Academia), o un fragmento traducido por Cicerón.

El diálogo pertenece a la época de vejez, y al comenzar con citas de República se le ha considerado una continuación de esta obra. Habría sido escrito hacia el 360 aC, antes que Filebo y Leyes. Por las referencias de Critias de que todos los participantes del diálogo intervendrán en la conversación, puede decirse que la obra podría formar parte de una trilogía junto con Critias y Hermócrates, pero que Platón no concluyó al dejar inacabado el Critias.

Sus personajes son Sócrates, Timeo, Critias y Hermócrates, pero el principal es Timeo, con un largo discurso que comprende casi todo el diálogo. El propio personaje advierte de que no seguirá un orden lógico en su exposición, entrelazando temas y volviendo sobre cuestiones ya tratadas. De esta forma, Platón logra crear ese efecto de conversación improvisada, incluso en una exposición continua.

La finalidad del diálogo es explicar y describir la creación del mundo y del hombre, con el fin de encontrar un estado político acorde a su naturaleza. Busca explicar las relaciones entre el mundo (macrocosmos) y el ser humano (microcosmos), y trata de dar un fundamento natural a la ética y la política.

El diálogo posee una estructura tripartita, precedida de una introducción. Éste es el resumen, señalando los epígrafes de los manuscritos (del 17 al 92):

A. Diálogo introductorio (17-27c): Sócrates hace un resumen de la conversación mantenida el día anterior en lo que concierne al estado ideal, y expresa su deseo de oír una exposición que describa el funcionamiento de un estado semejante. Critias refiere una historia que Solón había escuchado en Egipto, mostrando cómo la Atenas primordial rechazó la invasión de los atlántidas. Finalmente se distribuyen las tareas para la futura conversación: Timeo disertará acerca del cosmos y el hombre, y Critias describirá la historia de la Atenas primordial.

B. Exposición de Timeo (27d-92c).

I. Las obras de la razón (27d-47d): El discurso de Timeo avanza de lo mayor a lo menor, de lo general a lo particular, y de la unidad a la multiplicidad.
  • 27d-31b - Introducción: Timeo aclara los principios del discurso acerca de la creación. Distingue tres ámbitos: el ser eterno, el devenir que nunca es (propio del mundo sensible), y la causa del devenir (el demiurgo inteligente). El universo es caracterizado como un ser viviente dotado de razón.
  • 31c-40 - Creación de los seres vivientes eternos: Creación del mundo con un cuerpo de cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra), esférico, que gira sobre sí mismo; su alma es mezcla de lo mismo y de lo otro, y se une al cuerpo desde el centro hasta los extremos. El demiurgo crea el tiempo para que el universo sea imagen móvil de la eternidad. Creación de los cuerpos celestes, desde los siete planetas contenidos en los círculos de lo otro, hasta la tierra. Para la genealogía de los dioses, Timeo se atiene a lo narrado por los poetas (aunque con ironía, al referirse a su infalibilidad como descendientes de dioses).
  • 41-47d - Creación del ser humano: Los dioses más jóvenes crean al hombre, siendo la razón lo único que es obra del demiurgo. Se crean las almas humanas con los restos de la sustancia que había servido para crear el alma del mundo, y el demiurgo les muestra las leyes del destino, que implican su transmigración según su conducta en la vida. Se explican las diferentes partes del cuerpo teleológicamente, con la cabeza como contenedor de la parte más divina del alma, la inteligencia. De la misma forma se explican la vista y el oído.
II. La contribución de la necesidad (47e-69a): El discurso avanza de la indeterminación a la determinación.
  • 47e-52c - Introducción: La descripción debe completarse con la causalidad de la necesidad, ya que el mundo es producto de la mezcla entre ésta y la inteligencia. Se introduce el principio del receptáculo, en el que se reflejan las ideas y que, en constante cambio, adopta las distintas formas del mundo ideal.
  • 52d-61b - Los elementos: Constituidos por triángulos que dan cuenta no sólo de la diferencia, sino también de la mutación de un elemento en otro.
  • 61c-68d - Las cualidades sensibles: Los objetos poseen unas cualidad sensibles, que son percibidas por todo el cuerpo (caliente-frío, duro-blando, pesado-liviano, áspero-suave, placentero-doloroso) o por órganos especiales (sabores, olores, sonidos, colores).
  • 68e-69a - Conclusión: Es necesario reconocer dos tipos de causas: lo necesario y lo divino.
III. La mezcla de inteligencia y necesidad (69b-92c): El discurso discurre de lo superior a lo inferior.
  • 69b-69c - Introducción: El dios introduce orden y proporción, comenzando por los elementos. Tras crear el mundo y los dioses, encarga a éstos la creación del hombre.
  • 69d-90d - El hombre: Los dioses crean las partes mortales del hombre, lo irascible (en el tórax) y lo concupiscible (en el vientre). Se describen las partes del cuerpo creadas por los dioses (vientre e intestinos, huesos y médula, carne, nervios y tendones, boca, piel y pelos, uñas, y sistema circulatorio). Digresión sobre las plantas. Se describen la relación entre circulación, respiración y alimentación, y también la alimentación y la sangre, y su significación para el crecimiento, el envejecimiento y la muerte. Esta exposición desemboca en un tratamiento de las diversas enfermedades que pueden atacar el cuerpo y el alma, y propuestas terapéuticas basadas en la relación correcta entre alma y cuerpo. El apartado termina con una loa al intelecto.
  • 90e-92c - El resto de animales: Se explica el mecanismo de las leyes del destino, que provoca que el mundo se llene de animales, dado que los hombres que no han sabido respetar el orden natural son condenados a reencarnarse en un animal inferior: mujer (!!!), pájaros, cuadrúpedos, reptiles y gusanos, peces y moluscos.

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