Completamos el resumen de esta obra histórica de Jenofonte, cuyo análisis pueden ver junto al epítome de los libros I y II. Como en las anteriores ocasiones, separamos los epígrafes de los diferentes libros.
Libro V
Refiere los acontecimientos de los años 389-375 aC, deteniéndose especialmente en las luchas entre lacedemonios y atenienses por la isla de Egina, la campaña y la paz de Antálcidas, el asedio de Mantinea y Fliunte, las campañas contra Olinto, la toma de la acrópolis de Tebas y posterior rendición de la guarnición lacedemonia, las expediciones anuales de Esparta contra Tebas y los enfrentamientos navales de atenienses y macedonios.
- Eteónito, desde Egina, envía piratas voluntarios para saquear el Ática. Los atenienses envían a su vez a los hoplitas y a la flota contra Egina, construyendo una fortificación. Teleutias logra rechazar a la flota, pero Pánfilo, el estratego ateniense, conserva la fortificación. De poco sirve, pues meses después deben abandonarla. Hiérax sustituye a Teleutias, y marcha a Rodas. Es enviado entonces a Egina el navarco lacedemonio Antálcidas, que marcha a Éfeso. Por parte de Atenas, Cabrias se detiene en Egina en su marcha hacia Chipre (para ayudar a Evágoras) y logra una gran victoria que devuelve a Atenas la ventaja sobre el mar. Teleutias regresa como navarco, arenga a las tropas y ataca el Pireo por sorpresa, tomando muchas naves. Antálcidas domina el mar, impidiendo a las naves del Ponto regresar a Atenas con los suministros habituales. Como la situación es similar a la que dio fin a la Guerra del Peloponeso, cuando Tiribazo llama a aquéllos que deseen firmar la paz, todos acuden gustosos: se firma la paz de Antálcidas, que supone liberar los tebanos las ciudades beocias, pasar a poder persa las ciudades de Asia, y devolver los argivos el control de Corinto a sus ciudadanos.
- Los lacedemonios declaran terminada la tregua de treinta años con Mantinea, y como estos ayudaran a sus enemigos, les piden derruir sus murallas. Ante su negativa, Agesilao acude y los sitia con un foso y un muro circulares. Luego, construyendo un dique en el río que atravesaba la ciudad, logra debilitar la muralla, y los mantineos se rinden y son divididos en cuatro aldeas, como vivían antiguamente. Los desterrados de Fliunte regresan a sus casas. {En este punto, la narración parece saltar los años 384 y 383 aC, sin referencia alguna}. Los de Apolonia y Acanto envían una embajada a Esparta, solicitando su presencia en la región de Macedonia para combatir a Olinto. Eudámidas es enviado allí, se atrae Potidea y comienza las luchas usándola como base. Fébidas, hermano de Eudámidas, toma la acrópolis de Tebas, convencido por Leontíades, líder de uno de los partidos oligárquicos que se disputaban el control de la ciudad. Teleutias es enviado también contra Olinto, y logra una victoria frente a sus murallas, antes de retirarse para el invierno.
- Los olintios lanzan una incursión contra Apolonia, pero Derdas, jefe de Elimia y aliado de Teleutias, los hace huir y los persigue. Teleutias vuelve a atacar Olinto, pero esta vez la caballería enemiga logra causarle estragos, y muere allí. Sus tropas se desorganizan y huyen. Esparta vuelve a enviar tropas, esta vez a cargo del rey Agesípolis. Éste, al no encontrar resistencia, devasta el territorio olintio y ataca a sus aliados; sin embargo contrae unas fiebres repentinas y muere. Es enviado para sustituirle el harmoste Polibíades, que obliga a los olintios a firmar la paz. El otro rey espartano, Agesilao, marcha a Fliunte, donde los regresados están siendo tratados injustamente; sus tropas invaden el territorio y sitian la ciudad, que se rinde cuando se acaban sus suministros.
- Fílidas, secretario de los polemarcos de Tebas, lidera una conjuración para acabar con Leontíades y su gobierno, cerca la acrópolis (que estaba tomada por lacedemonios) y con ayuda de algunos atenienses la recupera para su ciudad. Los espartanos envían entonces una expedición mandada por Cleómbroto que, aunque regresa sin causar excesivos destrozos, da muestra de su poder. En Atenas se juzga a los dos estrategos cómplices de la revuelta de Tebas, ejecutando a uno y exiliando al otro. Los tebanos traman un ardid para que Atenas entre en la guerra contra Esparta: sobornan a Esfodrias, harmoste de Tespias (aliada lacedemonia) para atacar el Ática. Esparta marcha a la guerra, esta vez con Agesilao al frente. Encuentra resistencia, aunque logra arrasar buena parte del territorio tebano, retirándose a Tespias y amurallándola. Durante el invierno regresa a la patria, dejando a Fébidas como harmoste de Tespias; éste acosa a los tebanos con bandas de ladrones, y con los peltastas cuando marchaban contra la ciudad. Sin embargo, cierto día acorrala a una unidad de jinetes tebanos y éstos, luchando sin salida, lo matan y logran hacer huir a las tropas. Al llegar la primavera, Agesilao vuelve a dirigir la expedición a Tebas, y engaña a sus enemigos con el movimiento de las tropas; por segundo año, los tebanos quedan sin cosechas. Esparta equipa sesenta trirremes y envía a Polis como su navarco, para interrumpir el envío de trigo a Atenas; los atenienses envían a Cabrias, que logra vencer en la batalla naval de Naxos. Después, envían a Timoteo con sesenta naves para transportar un ejército a Lacedemonia, de tal forma que los espartanos no puedan regresar contra Tebas. Timoteo somete Corcira, y a continuación vence a Nicóloco, el audaz navarco lacedemonio.
Libro VI
Refiere los acontecimientos de los años 375-370 aC, incluyendo la historia de Tesalia con la intervención de Jasón expuesta por Polidamante, las expediciones de lacedemonios y atenienses a Corcira, la paz entre Atenas y Esparta, la batalla de Leuctra, la reconstrucción de Mantinea, la organización de la liga arcadia, la expedición de Agesilao a Mantinea, la invasión de Lacedemonia por parte de los tebanos y sus aliados, la embajada espartana enviada a Atenas y la ayuda prestada por Ifícrates.
- Los tebanos, tras reconstituir la liga beocia sometiendo sus ciudades, efectúan una campaña contra Fócide. Es enviado el rey espartano Cleómbroto para hacerles frente. Polidamante de Fársalo se presenta ante la asamblea espartana para contar los planes del ambicioso Jasón de Feras, que desde Tesalia piensa controlar toda la Hélade, e incluso Asia. Los lacedemonios no pueden enviar ayuda, pues tienen varios frentes abiertos, así que Polidamante realiza lo que le pidió Jasón: convence a la ciudad de Fársalo de abandonar la alianza y designar soberano de Tesalia a Jasón.
- Los atenienses, viendo el poder de Tebas y su propio agobio, firmaron la paz con Esparta. Sin embargo, tiempo después, ante las quejas de los zacintios, los lacedemonios envían una expedición contra Corcira (en poder de los atenienses), con Mnasipo como navarco. Los atenienses envían a Ifícrates como jefe de su flota (deponiendo a Timoteo), para intentar romper el sitio de Corcira. Viendo Mnasipo que los corcireos lo pasan mal, relaja la vigilancia y licencia a algunos mercenarios. Los de la ciudad logran realizar una dañina salida y lograron matar a Mnasipo. Hipérmenes, secretario de éste, salva parte del botín y de los esclavos y ordena zarpar al ejército. Ifícrates llega a Corcira, en cuya proximidad captura una flota siracusana, luego pasó a Acarnania para luchar junto a las ciudades aliadas, y fue a Cefalenia para recaudar dinero.
- Los atenienses siguen sin ver con buenos ojos la política amenazante de Tebas (como la destrucción de Platea y Tespias), así que envían de nuevo embajadores a Esparta. Realizan los discursos Calias, Autocles y Calístrato y se firma la paz, dejando independientes a las ciudades.
- Cleómbroto, al observar que los tebanos no cumplen lo acordado, avanza hacia Beocia, llegando a Leuctra. Un contingente tebano les hace frente, y sobreviene la batalla. La caballería lacedemonia, más floja, es rechaza enseguida por la tebana; las tropas a pie luchan en formación muy cerrada y también vencen a los hoplitas espartanos. Cuando se conoce la noticia, en Esparta se reclutan nuevas tropas (hasta los hombres de 60 años), y junto a sus aliados montan un nuevo contingente. Los tebanos envían un mensajero a los atenienses, que lo ignoran, y a Jasón de Feras, que marcha a Beocia con intención de ayudarlos. Al regresar a Tesalia tras insistir en la necesidad de una tregua, es muerto por siete jóvenes. Sus hermanos Polidoro y Polifrón se constituyen en soberanos tesalios. Al parecer, poco más tarde Polifrón mata a su hermano y gobierna como un tirano. Más adelante lo asesina a su vez Alejandro, y a éste los hermanos de su mujer, quedando en el gobierno Tisífono.
- Los mantineos se reúnen y deciden unificar la ciudad y amurallarla. Mientras tanto, en Tegea se sufren las luchas entre diversos bandos políticos. Como consecuencia, Esparta moviliza tropas al mando de Agesilao, que se dirige a Arcadia. Saquea los campos de Mantinea y, ya en invierno, licencia al ejército y regresa a su patria. Los tebanos y los arcadios, junto a sus aliados, invaden Laconia, y aunque no atacan la ciudad de Esparta devastan el territorio. Los embajadores lacedemonios en Atenas reclaman su ayuda, y los discursos de Clíteles y Procles les convencen. Ifícrates marcha al frente de las tropas, aunque con la caída del invierno ya los tebanos y arcadios se retiran.
Libro VII
Refiere los acontecimientos de los años 369-362 aC: la alianza entre Esparta y Atenas, la influencia de Licomedes en la Confederación Arcadia, las gestiones de paz de Pelópidas en Persia, la historia de Eufrón, la alianza entre arcadios y atenienses, la actuación de Corinto, las luchas entre arcadios y eleos con la intervención lacedemonia en Cromno, las disensiones de la Confederación Arcadia, la invasión del Peloponeso por Epaminondas, la marcha contra Esparta y la batalla de Mantinea.
- La alianza entre Atenas y Esparta se lleva abuen término, acordándose turnarse en el mando de los ejércitos en el mar y en tierra cada cinco días. Los tebanos logran penetrar de nuevo en el Peloponeso, atacando Sición, Pelene y Epidauro, y sufren un descalabro junto las murallas de Corinto. Llegan las tropas enviadas por Dionisio de Siracusa para ayudar a los lacedemonios. Compuestas principalmente por jinetes celtas e íberos, acosan al ejército tebano con sus jabalinas, hasta que finalmente les obligan a regresar a su patria. Luego estas tropas siracusanas vencen a los sicionios y toman la fortaleza de Deras, antes de volver a casa. Licomedes convence a lso arcadios de que son mejores al resto de griegos, pues gracias a ellos vencieron los lacedemonios a Atenas, y ahora gracias a ellos crece Tebas. Tanto los tebanos como los eleos se vuelven recelosos. Por segundo año los lacedemonios reciben ayuda de Siracusa, y Arquidamo toma Carias, saquea el territorio de Arcadia, y vence a un gran contingente. Los tebanos creen que ganaran la hegemonía en la Hélade poniendo de su lado al rey persa, así que envían una embajada liderada por Pelópidas. Éste consigue que el rey exija que los lacedemonios liberen Mesenia y que los atenienses varen sus naves, pero cuando regresa a su patria sus aliados no desean jurar las cláusulas. Eufrón logra convencer a sus aliados argivos y arcadios para colocarse al frente del gobierno de Sición, donde actúa como un tirano.
- Fliunte, a pesar de estar acosada por argivos y sicionios, aguanta firme en su alianza. Los arcadios y eleos tratan de tomar la ciudad con la ayuda de unos traidores, pero son rechazados. Al año siguiente lo ataques continúan, y el ateniense Cares, con su ejército mercenario, les ayuda a arrebatar víveres a sus enemigos.
- Eneas, estratego de los arcadios, marcha a la acrópolis de Sición y reúne a los principales, mandando llamar a los desterrados. Eufrón, atemorizado, se refugia en el puerto y lo entrega a los lacedemonios, asegurando que nunca dejó de serles leal. Tiempo después, perdido también el puerto, Eufrón regresa a la ciudad con un ejército mercenario de atenienses, dominándola salvo la acrópolis, en manos tebanas. Marcha entonces a tratar con Tebas, pero algunos de los desterrados de Sición, enterados de su plan, lo degüellan.
- Los arcadios y los atenienses firman una alianza mutua. Los corintios, prevenidos, expulsan a los atenienses de todas sus plazas, e inician conversaciones de paz con los tebanos. Los lacedemonios permiten que los aliados que lo deseen abandonen la guerra también. Los eleos toman por sorpresa Lasión, pero los arcadios envían tropas para vencerles y tomar también algunas ciudades acroreas. Llegados a Élide en diversas ocasiones, únicamente logran devastar el territorio gracias en parte a la ayuda prestada por los aqueos a los eleos. Éstos piden ayuda a Esparta, para acosar Arcadia por ambos bandos. Es enviado Arquidamo, que toma Cromno; los arcadios contraatacan y sitian la ciudad. Arquidamo es herido al intentar romper el cerco. Durante las celebraciones de los juegos en Olimpia, los eleos y sus aliados aqueos atacan a los contingentes arcadios, argivos y atenienses. En la Confederación Arcadia se producen disensiones por el uso de los bienes de los santuarios.
- Los prolacedemonios de las ciudades arcadias, los mantineos, los eleos y los aqueos deducen que los tebanos prefieren un Peloponeso lo más débil posible, para poder someter a toda la Hélade, así que envían embajadores a Atenas y Esparta. Epaminondas parte de Tebas con todos los soldados beocios, eubeos y muchos tesalios. Enterado de que Agesilao está con las tropas en Pelene, se dirigió directamente contra Esparta. Agesilao se le adelanta, pero tiene pocas tropas. Arquidamo logra vencer a la vanguardia de Epaminondas atacando desde una pendiente. Epaminondas regresa a su base de Tegea, y ordena a sus jinetes que tomen provisiones de Mantinea. La caballería ateniense, en inferioridad numérica, detiene a estas tropas para que los mantineos salven sus bienes. De regreso a su patria, Epaminondas ataca a los aliados a la altura de Mantinea. Su ofensiva da resultado y en la batalla parece romper el ala contraria, pero su muerte evita que los suyos puedan aprovecharse de ello. La guerra parece acabar sin ningún vencedor claro, y «en la Hélade hubo aún mayor indecisión y confusión después de la batalla que antes».
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