Historiador del siglo IV aC cuyo trabajo sólo conocemos gracias a las referencias de otros autores.
Nació en Quíos, hacia el 380 aC. Su padre, Damisístrato, le proporcionó una educación esmerada, y se sabe que en Atenas asistió a la escuela de Isócrates. La familia se vio obligada a partir al exilio debido a su filolaconismo, aunque bajo la influencia de Alejandro Magno, Teopompo pudo regresar a Quíos hacia el 333 aC, y formó parte del partido aristocrático. Tras la muerte de Alejandro fue expulsado de nuevo, y se refugió junto a Ptolomeo. La fecha exacta de su muerte es desconocida.
Al comienzo de su carrera, Teopompo destacó en el género epidíctico, y logró vencer en el año 352-351 aC un premio de oratoria entregado por Artemisia II de Caria en honor de su marido. Sin embargo, por consejo de Isócrates se dedicó a la historiografía.
Al comienzo de su carrera, Teopompo destacó en el género epidíctico, y logró vencer en el año 352-351 aC un premio de oratoria entregado por Artemisia II de Caria en honor de su marido. Sin embargo, por consejo de Isócrates se dedicó a la historiografía.
Fue autor de unas Helénicas, que continúan la obra histórica de Tucídides, desde el 410 aC hasta la batalla de Cnido (394 aC). Es una obra menos citada, y tendría menor importancia, tal vez por ser parte de su etapa inicial. La obra menciona a Heróstrato y la quema del Templo de Artemisa, provocando así que el incendiario lograra su objetivo de obtener fama mediante el sacrílego delito.
La entrada en la política griega de Filipo II de Macedonia invalidó el esquema previo. En las Filípicas, Teopompo usa un estilo moralista para criticar la vida privada de Filipo, mientras al mismo tiempo apoya sus acciones políticas. Fue una obra muy extensa, con numerosas digresiones sobre los nombres y las costumbres de razas y naciones diversas. Filipo V, siglo y medio más tarde, realizó una versión que eliminaba de la historia todo lo que no tuviera conexión con Macedonia, dejando en 16 libros los 58 originales. Otro defecto de la obra es la aparición de historias románticas e increíbles, en lo que parece un claro intento por abarcar lo más posible, sin filtrar la información ni las fuentes.
También escribió una Diatriba contra Platón y un tratado Sobre la piedad., aunque algunos estudiosos los consideran fragmentos de las digresiones habidas en las Filípicas.
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