Los fragmentos de Safo son, pese a la cantidad de referencias, escasos y ambiguos a ciertos respectos, y la erudición antigua trabajaba ya en parte con meras interpretaciones y hasta deformaciones. Surgió así la 'cuestión sáfica'. Desde Menandro corre la historia de su amor por Faón y su suicidio, al ser desdeñada, saltando al mar. Pero Faón era una divinidad del cortejo de Afrodita. ¿Era, como dice la Suda, una maestra rodeada de alumnas? Sabemos por su contemporáneo Alceo que fue muy apreciada en Mitilene, y sin embargo ya desde Cameleonte (siglo IV aC) surgen dudas sobre su vida disoluta. Su supuesto carácter de 'prostituta' homosexual es, desde luego, fruto de la mala interpretación de sus poemas. Máximo de Tiro comparará la pedagogía erótica femenina de Safo con la masculina realizada por Sócrates (pese a lo platónico de su formulación), aunando de esa manera erótica, poesía e influjo espiritual. No está muy lejos de lo que consideramos hoy, cuando podemos juzgarla en su verdaderamente ambiente, sin juicios anacrónicos basados en una moralidad extraña para ella.
Safo nació en la isla de Lesbos, ya en Éreso ya en Mitilene. Su fecha de nacimiento no está clara, ya que los antiguos vacilaban entre colocar su acmé (momento culminante) en la misma fecha que la de Alceo (600 aC) o algo antes (612-609 aC). Conocemos los nombres de su padre, sus tres hermanos, su esposo y su hija. Incluso sabemos que era morena y de cuerpo menudo. Al parecer, la familia, aunque noble, no estaba en buena situación económica: la crítica a la riqueza o a las damas nobles de la isla, y la esperanza de que su arte le diera fama inmortal, son nuevos valores que se enfrentan a la vieja aristocracia.
Durante la tiranía de Mírsilo, tuvo que exiliarse en Siracusa. El gobernante le confiscaría sus tierras, y no hay razón para pensar que su sucesor, Pítaco, se las devolviera. Parecidas circunstancias a las que encontramos en la vida de Alceo, y en algunos poemas coincidirá con sus críticas. Safo vivirá con uno de sus hermanos, y dependerá económicamente de sus amigas, ganando algo de dinero escribiendo epitalamios para bodas. Otro de los hermanos, que comerciaba con Egipto, se había arruinado por una hetera (cortesana o prostituta), y debió acogerse a la misma casa. De su padre y marido poco escribe la poetisa, por lo que suponemos que han muerto o viven lejos de ella.
Su vivienda será la "casa de las servidoras de las Musas", y su círculo son las que se han considerado sus discípulas, que podemos comparar a las escuelas filosóficas. No habla de guerra, y sólo una vez de política, pero coincide con Alceo en los temas de la fiesta, los autobiográficos y los familiares, el tema erótico y la invocación de ciertos dioses (relacionados con el amor y las mujeres: Afrodita, Eros, Persuasión, Hera, Ártemis, las Musas, las Gracias). Safo expone su amor por las mujeres de su grupo, se dirige a ellas directamente o pide a Afrodita que cedan a ella; surgen también los eternos motivos amorosos: los celos y la separación del ser amado. Safo las compara, comprende su amor por otras, promete no olvidar, critica a las que hacen traición o a sus rivales.
Sus poemas arrancan en lo esencial del himno y otras formas del culto, pero son ya, con raras excepciones, poemas personales. La concepción del amor es que el ser amante lo concibe por obra de la diosa, o por una cualidad del ser amado que lo irradia: el amor es un hechizo, una herida producida por la belleza; lo más bello es aquello que uno ama.
En ella, lo colectivo y lo privado, lo religioso y lo íntimo, el presente y el mito, se unen de maneras no fáciles de discernir. Los epitalamios están llenos de motivos populares y tradicionales, pero fuera de ellos los límites se difuminan. Por ejemplo, la forma externa del himno se llena con un tema personal, usándose para solicitar ayuda en el intento de conquista amorosa.
La estructura sigue el modelo ternario (solista, coro, solista), donde la plegaria, la manifestación de la opinión o el sentimiento rodean a un 'centro' que contiene el episodio mítico. Pero éste es en ocasiones sustituido por un 'mito sáfico' de nueva creación, por una comparación o recuerdo de tiempos pasados, por la descripción de sentimientos, o temas similares.
Es una poesía que funde al hombre en el grupo y en la naturaleza y que expresa lo humano por lo divino y natural; lo espiritual por lo concreto.
Las ediciones alejandrinas (obra de Aristófanes y Aristarco) contaban con nueve o diez libros, organizados según la métrica de los poemas: el I estrofas sáficas, el II pentámetros dactílicos eolios, el III asclepiadeos mayores, el IV tetrámetros jónicos mayores, el V glicónidos, falecios y asclepiadeos menores; del resto no tenemos datos. Su libro de Epitalamios contenía metros diferentes. En total, su obra abarcaría unos 10000 o 12000 versos.
Éstos son algunos fragmentos de la obra de Safo:
Inicio de la oda primera:
Inmortal Afrodita de bien labrado trono, hija de Zeus, trenzadora de engaños, yo te imploro, con angustias y penas no esclavices mi corazón, Señora, ven en vez de eso aquí, si en verdad ya otra vez me oíste desde lejos y me escuchaste y abandonando la mansión del padre viniste, el áureo carro luego de uncir: bellos, veloces gorriones te trajeron sobre la tierra negra batiendo con vigor sus alas desde el cielo por en medio del éter.
Felicitación a la novia:
Me parece igual a los dioses aquel varón que está sentado frente a ti y a tu lado te escucha mientras le hablas dulcemente y mientras ríes con amor. Ello en verdad ha hecho desmayarse a mi corazón dentro del pecho: pues si te miro un punto, mi voz no me obedece, mi lengua queda rota, un suave fuego corre bajo mi piel, nada veo con mis ojos, me zumban los oídos, (...) brota de mí el sudor, un temblor se apodera de mí toda, pálida cual la hierba me quedo y a punto de morir me veo a mí misma.
A una rival, que no disfruta del don de las Musas:
Una vez muerta, yacerás en la tierra y no habrá recuerdo tuyo ni añoranza ya más: no tienes parte de las rosas de Pieria, sino que ignorada también en la mansión de Hades errarás revoloteando entre las sombras de los muertos.
Animando a Atis, cuya amada ha partido a Lidia:
Pero ahora resplandece entre las mujeres de Lidia como cuando se pone el sol brilla la luna de dedos rosados destacando sobre todas las estrellas: su luz se extiende sobre la mar salina e igual sobre los campos de flores luminosas.
Epitalamio de boda:
Como la manzana dulce se colorea en la rama más alta, la más alta en la más alta, de ella se olvidaron los cosecheros de manzanas. Pero no es que la olvidaran, es que no pudieron alcanzarla.
que pena mas de veinte siglos privandonos del dulce nectar de la feminidad por miedo a ella misma que pena de verdad
ResponderEliminarCiertamente, con muchas las obras que se han perdido por mentes cerradas en diversos campos. Afortunadamente, y aunque queda trabajo por delante, hoy día podemos disfrutar de una cierta libertad de lectura.
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