Platón: Fedón

Este diálogo se sitúa ya entre los de madurez, puesto que Platón ha llegado a construir un sistema propio fundado en la llamada «teoría de las Ideas». En esta obra es donde obtenemos una exposición más completa y explícita de la misma. Al mismo tiempo, la forma literaria también se ha desarrollado plenamente, y Platón expresa su pensamiento con una prosa sutil y una gran plasticidad dramática.

El tema central es la discusión acerca de la inmortalidad del alma, retomando así parte de lo visto en el Menón. El marco del diálogo se encuentra en las últimas horas de Sócrates, dispuesto a liberarse de su cuerpo sin pena, pues si la tesis de la inmortalidad del alma queda probada, el episodio será menos doloroso. No hay aquí sin embargo las dudas de la Apología, sino que se defiende con firmeza la convicción de que tras la vida filosófica, le aguarda la eterna bienaventuranza.

Encontramos en el Fedón una extremada contraposición entre alma y cuerpo, una admisión infundamentada de la distinción entre lo espiritual, lo racional y lo vital, frente al cuerpo, recipiente sensorial y perecedero. A éste se le adjudican las torpezas del conocimiento sensible y los apetitos y pasiones, mientras que el alma está concebida como la parte noble del organismo.

Éste es el resumen de la obra, que sigue los epígrafes de los manuscritos, numerados del 57 al 118.
  • 57-59c - Encuentro de Fedón y Equécrates. El primero ha sido testigo de la larga conversación mantenida en el último día de Sócrates por éste y dos interlocutores, Simmias y Cebes (ambos pitagóricos).
  • 59d-69 - Fedón comienza a relatar el coloquio. Tras una conversación introductoria, en la que Sócrates alude a la conexión entre placer y dolor, y a un sueño premonitorio, pasa a tratar la actitud de un filósofo verdadero ante la muerte, y se anuncia la confianza en la inmortalidad del alma, que Sócrates expone como una segunda apología, no ante jueces, sino ante amigos: si el filósofo es consciente a lo largo de su vida de que el cuerpo es una molestia para el alma, no se irritará cuando deba morir, que es la separación definitiva de cuerpo y alma.
  • 70-84b - Primeros argumentos sobre la inmortalidad, al expresar Cebes la opinión popular acerca del alma (un hálito que se exhala con el último suspiro): compensación de los procesos contrarios (la idea de la reencarnación, de que los vivos sean muertos renacidos, ya supone que las almas persisten); argumento de la reminiscencia (aprender es recordar, puesto que ya se ha vivido, tal y como se ve en el Menón); afinidad del alma con las Ideas; el modo de vida condiciona el destino futuro del alma.
  • 84c-91c - Discusión de los argumentos precedentes: objeción de Simmias (conexión íntima entre alma y cuerpo); objeción de Cebes (el alma escapa al cuerpo tras la muerte, pero no es imperecedera pues puede ser destruida o consumida). Interrumpe Equécrates la narración de Fedón para interesarse por la respuesta de Sócrates a estos problemas. Continúa el relato, con el comentario de Sócrates sobre el escepticismo originado en una confianza precipitada e insegura (los argumentos no deben abandonarse por aparecer junto con otros que resultan ser falsos).
  • 91d-107b - Nueva argumentación: trascendencia del alma respecto de su unión con el cuerpo (fuerza de voluntad para soportar los rigores a que puede estar sometido el cuerpo, etc); sobre la generación y la corrupción y las causas de lo real (recapitulación de la objeción de Cebes, insuficiencia de la explicación mecanicista, insatisfacción y desengaño ante la postura de Anaxágoras, propuesta de un nuevo método usando el análisis del lenguaje y la dialéctica). Nueva interrupción de Equécrates, asombrado ante el buen hacer de Sócrates. Continúa el relato, con el argumento de la exclusión mutua de los contrarios en sí (la idea del alma excluye la idea de muerte).
  • 107c-115a - El mito escatológico, complemento a la discusión anterior: el viaje al Más Allá, la descripción de la fabulosa geografía del otro mundo, y el destino de las almas tras el juicio. {Ciertamente, hay una ruptura brusca con todo el resto del diálogo, y este fragmento parece colocado aquí por tratarse de un tema relacionado. No es raro que este tipo de fragmentos fueran posteriormente criticados por Aristóteles}.
  • 115b-118 - Los últimos gestos de Sócrates: descripción de su actitud ante la muerte; estampa serena de la despedida del filósofo y de cómo murió.

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