Se trata de la segunda tragedia de la trilogía denominada Orestea. El tema de Las Coéforas es el del castigo de la nueva injusticia, el nuevo crimen. Sueños, visiones, profecías, recuerdos y viejas sentencias, anticipan siempre la acción. El nombre de la obra proviene de las componentes del coro, las servidoras de palacio encargadas de verter libaciones, por encargo de la reina, en la tumba de Agamenón. Trata el mismo tema que la Electra de Sófocles y la Electra de Eurípides.
Se abre la obra con la llegada desde Delfos de Orestes, el hijo de Agamenón y Clitemnestra, que ha regresado con su amigo Pílades. Se apartan para contemplar la procesión fúnebre en honor de su padre, en la que también participa Electra, la hija, rencorosa por la muerte. Ésta sale tras el canto del coro, y en el diálogo con el corifeo pide castigo, y no clemencia.
Ensangrentada se ve mi mejilla por las heridas que acabo de hacerme con los arañazos de mis uñas, y de lamentos se va alimentando mi corazón a lo largo de toda mi vida.
Llega la escena del reconocimiento de los hermanos, y un canto, arcaico y ceremonioso, junto al coro. Se solicita la ayuda del padre muerto.
Domínate, no pierdas el juicio por la alegría. Ya sé yo que nuestros parientes más íntimos son nuestros crueles enemigos.
Orestes descubre que la procesión ha sido enviada por Clitemnestra, que ha sufrido una pesadilla en la que paría una serpiente. La siguiente intervención del coro recuerda crímenes antiguos.
Orestes y Pílades piden hospitalidad en el palacio, y el primero cuenta a Clitemnestra su supuesta muerte. Llora ella, y los hace entrar.
¡Ahora es el momento preciso de que baje a ayudar la trapacera Persuasión y de que Hermes, subterráneo y sombrío, tome a su cargo estos combates en que se mata con espadas!
Sale la nodriza, enviada para dar la noticia a Egisto. La corifeo la persuade para que le diga que venga sin escolta. El coro solicita la ayuda divina.
Y tú, armado de valor, cuando te llegue el turno de actuar, si te grita "hijo", grítale "sólo de mi padre" y consuma un castigo que no es reprobable.
Egisto cae en la emboscada, y Clitemnestra sale al oír los gritos de un esclavo. Terrible escena con el hijo, que la empuja dentro para darle muerte (la tragedia no permite muertes en escena).
Sígueme. Quiero degollarte al lado de ése que, cuando vivía, preferiste a mi padre. ¡Duerme con él, cuando hayas muerto, ya que amas a ese hombre y odias al que debías amar!
Orestes se jacta de los dos tiranos muertos, pero le aterra la visión de las Furias, que exigen su sangre. Marcha a Delfos para purificarse, y el coro se pregunta cómo acabará la cadena de muertes. Será el tema de la tercera tragedia de la trilogía.
Ningún mortal puede atravesar una vida libre de daño sin que lo pague. ¡Ay, dolor! ¡Tan pronto ha pasado una pena, otra que viene!
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