Jon de Quíos

La vida de Jon de Quíos transcurre aproximadamente entre el 480 y el 422 aC.

Si se juzgan los escasos fragmentos conservados de su obra, es uno de los raros autores de la Antigüedad que cultivaron distintos géneros, tanto en verso (ditirambos, himnos, epigramas, comedias y tragedias –con las que obtuvo varios premios–) como en prosa (obras históricas –como la fundación de Quíos– y filosóficas).

Como ejemplo, ahí va un breve fragmento referido a los banquetes:
Dioniso, portador de tirso, grandemente venerado
(...)
Le pertenecen los banquetes, los queridos hijos, la amistosa alegría
y los coros;
su majestad el vino pone de manifiesto la naturaleza d elos buenos.
Tú, Dioniso, padre suyo, señor de los animados banquetes,
que agradas a los hombres que aman las coronas,
¡Salve! Danos larga vida, protector de las acciones hermosas.
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Para saber más sobre la elegía puede leer nuestra entrada sobre los Elegíacos antiguos, a los que pertenece Jon. Allí encontrará la bibliografía utilizada.

Jenófanes de Colofón

La vida de Jenófanes transcurrió aproximadamente entre el 565 y el 470 aC. El propio autor habla de sus 67 años de vida viajera, iniciada después de los 25.

La mayoría de referencias de las fuentes antiguas se deben a su importancia como pensador: de los testimonios sobre su doctrina se obtiene una imagen de sus inquietudes intelectuales, y fue un referente para la sofística (por lo que se deduce de los fragmentos conservados, revisó diversos aspectos de la naturaleza, los elementos primordiales o el conocimiento).

Por ejemplo, realizó observaciones sobre los fósiles como parte de su estudio sobre los elementos primordiales (que para él eran el agua y la tierra). También criticó el antropomorfismo asignado a los dioses y las creencias que se apoyaban en los escritos de Homero y Hesíodo.
Homero y Hesíodo asignaron a los dioses todo aquello
que entre los hombres es motivo de deshonra y de desprecio:
sus robos, engaños y adulterios.
Fue un poeta innovador, tanto en la forma como en el contenido, sobre todo porque imprime a la elegía ese carácter reflexivo que hemos comentado. De cualquier forma, solo se conservan 68 versos repartidos en ocho fragmentos.

Además de las elegías, nos han llegado poemas en hexámetros (no épicos) y trímetros yámbicos. Se le atribuyó la invención del uso satírico del hexámetro, por lo que se le considera el referente para los Silloi desarrollados por Timón de Fliunte (siglo III aC). Combinó trímetros con hexámetros, por lo que se ha llegado a postular que pudo ser autor del Margites (atribuido a Homero en la Antigüedad).

De los dos fragmentos más largos, uno antepone la inteligencia y la sabiduría a las pruebas de fuerza o velocidad que tanta fama dan a los vencedores. El otro realiza una descripción de un simposio o banquete, incluida la higiene, el perfume, el vino abundante, el altar con flores y la música. Aconseja el poeta no beber en exceso, y ensalzar a quien canta, siempre que sus temas no sean bélicos:
no tratar de batallas de Titanes ni Gigantes
ni tampoco de Centauros, ficciones d elos antiguos,
o de rebeliones violentas, argumentos que nada tienen de útil;
y es menester mantener a cada instante piadoso respeto hacia los dioses.
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Para saber más sobre la elegía puede leer nuestra entrada sobre los Elegíacos antiguos, a los que pertenece Jenófanes. Allí encontrará la bibliografía utilizada.

Focílides

Poco se conoce de este autor, salvo que, según Suidas, procedía de Mileto y su actividad tuvo lugar en la segunda parte del siglo IV aC. Los fragmentos que conservamos nos llegan por Isócrates (que lo consideraba un gran consejero para la vida), Platón y Aristóteles.

Supuestamente escribió tanto versos épicos como elegías. De una de sus obras (conocida como Incitaciones, o como Máximas, o incluso Capítulos) nos han llegado 18 fragmentos (16 en hexámetros, 2 en dísticos elegíacos). Al parecer, cada capítulo comenzaba con la expresión «esto también es de Focílides»). Por ejemplo:

También esto es de Focílides: ¿Qué ventaja supone tener linaje noble
a aquellos no agraciados ni en palabras ni en decisiones?

O este otro:

Hay que buscar el sustento; y la virtud, cuando ya tienes eso.

La fama de sus epigramas hizo que se le atribuyeran varias obras, como un poema de 217 hexámetros que pertenecería al período helenístico (pues contiene frases sacadas del Antiguo Testamento).

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Para saber más sobre la elegía puede leer nuestra entrada sobre los Elegíacos antiguos, a los que pertenece Focílides. Allí encontrará la bibliografía utilizada.

Asio de Samos

Asio, hijo de Anfiptólemo, fue un poeta de Samos situado por la mayoría de estudiosos en el siglo VI aC (aunque otros lo hacen más antiguo o más reciente). Su producción fue variada, aunque en la Antigüedad fue conocido ante todo como poeta épico, y es escaso lo que sabemos de él o de su obra.

Su producción se sitúa entre la de los últimos épicos y el auge de la elegía jonia. Aunque sus versos son tan tradicionales como los de Hesíodo, lo que cuenta resulta innovador, y sus versiones de los mitos podrían ser tenidas de tendenciosas. Sigue las leyendas locales de Beocia y el Peloponeso, alejándose de las versiones corintias, como las de Eumelo.

Contamos con alusiones a uno o más poemas en hexámetros organizados al modo de genealogías, que se ocupaban de regiones y ciclos míticos diversos (aunque es lógico su interés por Beocia y las costumbres de sus compatriotas), así como con un fragmento de un poema sobre las fiestas en honor a Hera realizada por los samios, a lo que añadiríamos el siguiente fragmento de elegía:
Cojo, marcado a fuego, viejísimo, igual que un mendigo
llegó el alabagrasas, cuando Meles se estaba casando,
sin ser invitado, necesitado de caldo, y en medio de todos
se plantó, como un héroe que surge del barro.
Como sucede con Cinetón, es imposible seguir una línea argumental de unas genealogías con el escaso material conservado (casi siempre, gracias a Pausanias o sus escoliastas. Sobre todo cuando en ocasiones crea nuevas versiones. Así, fusiona la leyenda de Antíopa con un mito tebano, solucionándolo con un doble nacimiento debido a una doble fecundación:
Antíopa parió a Zeto y al divino Anfión, ella, que era hija de Asopo, el vorticoso río, encinta de Zeus y de Epopeo, pastor de pueblos.
Sin embargo, sigue a Hesíodo al hablar del primer hombre:
Al deiforme Pelasgo en los montes de frondosas cimas lo produjo la negra tierra, para que existiera la raza de los mortales.
Respecto al poema sobre la procesión de Hera, nos queda el siguiente fragmento, conservado por Ateneo:
Y ellos solían pasearse de esa guisa cada vez que se habían peinado los bucles, al recinto de Hera. Ceñidos por hermosos vestidos, con níveas túnicas, ocupaban el piso de la ancha tierra. Sus caballos ondeaban al viento en áureas ataduras, con horquillas de oro sobre ellos, como cigarras. Trabajados brazaletes rodeaban sus brazos (...)

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Para saber más sobre la elegía puede leer nuestra entrada sobre los Elegíacos antiguos, a los que pertenece Asio. Allí encontrará la bibliografía utilizada.

Si desea saber más sobre la épica arcaica o consultar la bibliografía utilizada, visite nuestra entrada al respecto.